Telekinesis

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Just trying to breathe
Just trying to figure it out
Because I built these walls
To watch 'em crumble down

Lost It All, Black Veil Brides

Está funcionando. Más o menos.

Shinsou hizo que dos de los villanos se rindieran sin dar batalla. Bakugo le encargó la retaguardia. Jirou localizó todavía a cuatro más. Cuatro. No tres. Una persona más de la que habían calculado. Entre ella y Hawks se encargaron de ubicarnos a la perfección dentro del edificio. Jirou se mantuvo en la retaguardia, de momento, para apoyar a Shinsoy. Hawks y Kaminari intentaron hacer un equipo para trabajar juntos. Katsuki no tiene ni idea de qué tan bien funciona, pero antes de que se de cuenta, ya se deshicieron de uno de los cuatro villanos restantes.

Él y Uraraka noquean a otro.

Y luego ya sólo faltan dos.

—Bakugo —oye la voz de Jirou en el comunicador que trae puesto en un oído—. Uno está vigilando a los rehenes. Y no encuentro al otro...

—Entendido.

—Están al fondo del pasillo —interrumpe Hawks—, en el cuarto de servicio.

—Vamos para allá —dice Uraraka.

—Chargebolt y yo nos encargamos —les dice Hawks—. Mientras menos de nosotros haya, menos hay posibilidad de que los civiles salgan heridos.

Bakugo tiene que darle la razón.

(Después de todo, es el número tres y sólo Deku ha logrado superarlo).

—Entendido —concede—, buscaremos al otro. Jirou —su mano se dirige al audífono—, nos ayudaría mucho si lo encuentras en alguna parte. ¿Creen que Shinsou y tú puedan acercarse más a nuestra posición?

—Lo intentaré.

Los buscaba sintiendo las vibraciones del piso. Si había modo, los atacaba con las suyas propias para aturdirlos y hacer que derrotarlos fuera más sencillo. Pero no es un trabajo fácil, especialmente cuando están rodeados de ruido y Jirou puede percibir demasiadas cosas.

Así que Uraraka y él se mueven.

—Primer piso o sótano —le dice al llegar a las escaleras—. Podríamos separarnos.

A Katsuki no le gusta la idea.

—¡Jirou! ¿Sientes algo de ruido en los pisos de arriba? —Quiere evitar separarse a toda costa. No están peleando en su terreno y los villanos suelen usar la estrategia de dividir para vencer—. Digamos que es... urgente.

—Nada arriba —musita Jirou, después de unos momentos.

—¿Y el sótano?

—Maquinaria —empieza Jirou—, pero, también..., quizá...

—Sótano —decide Katsuki, dirigiéndose a Uraraka.

Así que se dirigen al sótano. No hay más luz que la que se filtra por las ventanas del techo y que en la calle están al ras del piso. No se ve prácticamente, así que por un momento, Katsuki no distingue las figuras que se adivinan al fondo del recinto. Y luego, cuando sus ojos se acostumbran a la oscuridad, distingue.

Eijiro.

«¡Eijiro!»

Se contiene para no gritar. Porque la otra figura está parada delante de Eijiro, con un gesto de concentración. Y parece que los está mirando.

—Dos, ¿eh? —Katsuki oye una voz desconocida—. Casi creí que era uno sólo. El otro tiene pasos muy ligeros. Como un duende escurridizo.

Se pone en guardia.

Vida de Héroe [Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora