Capítulo 41

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Honestamente, el tiempo no ha hecho una mierda.

Namjoon no lo ha buscado más que para recordarle la agenda con la que debe cumplir, así que ellos no han intercambiado palabras por más de un minuto. Jin puede evocar el gesto molesto del líder cada vez que han tenido una interacción y eso lo desconcierta.

Él tiene menos de 20 minutos para alistarse tan rápido como pueda, calzar unos zapatos y salir al pasillo. El plan de hoy es dar un largo paseo por la ciudad y tener una agradable cena en equipo.

Jin contesta los mensajes de sus padres y su hermano, cargando con el sentimiento de la nostalgia cuando se da cuenta de que será año nuevo dentro de algunas horas y él no va a poder abrazarlos apropiadamente. Es una suerte que ellos no tengan más actividades planeadas ese día, aparte del cumpleaños de Taehyung y la celebración de año nuevo. Porque luego de cuatro fechas seguidas en Japón, él solo quiere descansar un poco y tal vez, ponerse un poco ebrio.

Se da cuenta de lo rápido que ha llegado cuando en la camioneta del parqueadero no hay nadie más que el conductor. Jin lo saluda cordialmente y toma asiento en la parte de atrás junto a la ventana. Desde allí puede observar a un hombre bajarse de un auto cercano y caminar hasta el ascensor. No le presta demasiado atención, así que revisa su celular de nuevo, para viajar por el carrete de fotos y distraerse en lo que llega alguien.

Sus mejillas están enrojeciendo con violencia cuando Namjoon es el segundo en aparecer y Jin no puede hacer otra cosa que pensar en lo atractivo que luce con ese suéter negro de cuello tortuga que lo hace lucir más serio de lo normal. Quiere apartar sus ojos del chico cuando abre la puerta y entra en la camioneta, pero no puede. Se siente incapaz de hacerlo cuando el otro lo mira fijamente.

—Hola —saluda seriamente. 

En otra ocasión, Jin hubiese aprovechado para molestarlo sobre la necesidad de usar honoríficos, pero no en esta. 

—Hola —responde del mismo modo. No se queda mirándolo mucho tiempo a los ojos porque desea deshacerse de cualquier pensamiento extraño que sobrepase los límites.

Por suerte, Hoseok está subiendo también a la camioneta con una sonrisa alegre en su cara y una colorida campera roja. Al menos ya no están solos y eso es bueno.

A Jin le gustaría decir que las cosas han mejorado, pero no es cierto. Lo único que ha cambiado es que ya no dedica tanto tiempo de su vida a llorar como un idiota en las noches. No tanto. Jimin se ha encargado de ello.

—Pensé que ninguno había llegado —interviene el chico de cabello rosa una vez se sube al auto, para acomodarse junto a Jin. El mayor no dice nada, pero le da una sonrisa cálida al otro que no tarda en apoyar su mejilla en su hombro. Pasan casi diez minutos antes de que la camioneta esté ocupada por los siete y ellos parten hacia algún lugar de la ciudad.

 Pasan casi diez minutos antes de que la camioneta esté ocupada por los siete y ellos parten hacia algún lugar de la ciudad

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Son las 9:00 de la noche para cuando logran llenarse lo suficiente de comida. Jin observa a su alrededor, percatándose de que Hoseok ha tomado un poco más de lo normal y ahora está terriblemente callado. 

¿Sabes cómo te digo que te quiero? - NamjinWhere stories live. Discover now