Entre conciertos, entrevistas, maquillaje y extenuantes coreografías, Namjoon descubre con vergüenza y un poco de terror, que hay verdades que son más difíciles de aceptar que otras.
¿Qué pasa entonces cuando el modo en que ve al mayor de sus comp...
El final del concierto lo toma con un leve dolor en la espalda, pero aún deben cantar la canción de cierre. No es nada del otro mundo, Namjoon sabe que un masaje luego del show es suficiente para aliviarlo.
Se prepara para lo que queda, tomando agua y respirando profundamente. Las palabras de despedida salen de su boca en el momento justo en que una de los reflectores los enfoca y no puede evitar sentirse nostálgico por la repentina vibra que inunda el lugar. Puede escuchar los gritos y algunos "awww" cuando el discurso se torna conmovedor y sentimental. Él adora eso, le hace feliz saber que hay alguien que lo está escuchando, alguien cuyas palabras pueden llegar a emocionarle.
El cansancio y el dolor físico siguen allí. Valen la pena cuando al final del día él puede construir algo bonito en forma de palabras, como una manera de agradecer que estén allí y que puedan seguir haciéndolo.
De regresar algo de eso que las personas les dieron a lo largo de los años. Del apoyo y la constancia que les permitió llegar a ese punto.
Los primeros acordes de la balada de cierre le recuerdan que es hora de hacer una última actuación. Él se mueve por el escenario con lentitud, tomándose el tiempo necesario para ver los rostros que lo contemplan desde abajo. Todos lo hacen del mismo modo. Algunos con mayor entusiasmo que otros, pero sigue siendo especial.
La ola de colores a través de las gradas es emocionante. Es una de las cosas que más le gustan. La simetría de la ubicación y los cambios de color, siempre logran robarle el aliento un poco. Incluso si es algo que ha visto en varios conciertos y en muchas oportunidades.
Entonces la canción acaba y los gritos se hacen oír de nuevo en forma de despedida. Namjoon sabe que su rostro, al igual que el de los demás, está siendo proyectado en las pantallas. Por ello, no duda en emitir un sincero "Gracias, buena noche" a través del micrófono. Los demás también lo hacen a su modo, pero aún deben la despedida en conjunto.
Ellos se acercan para tomarse de las manos y hacer la reverencia final. Namjoon tiene la mano cálida de Jungkook aferrándose a la suya y la de Taehyung sosteniendo su brazo, debido a que el micrófono no lo deja hacerlo apropiadamente. El público grita de nuevo, despidiéndolos de otra noche, de otro show.
Los bastidores están a pocos metros de distancia, basta solo un corto recorrido para finalmente desaparecer de las cámaras. La presión que una mano ejerce sobre su hombro cuando ellos están a punto de adentrarse en su oscuridad, lo obliga a girar para divisar a Jin, cuya mueca de dolor dispara una reacción inmediata de su parte, la de rodearlo y sostenerlo.
—¿Qué sucede?, ¿estás bien?
—Calambre.
Los ojos del castaño viajan rápido por el cuerpo de Jin para descubrir la rodilla doblada y el muslo tensionado. No es algo inusual para la usual actividad física que realizan, pero Namjoon sabe lo dolorosos que pueden ser los calambres. Jin se aferra a su hombro con fuerza y él no tiene otra alternativa que estar cerca al chico para darle soporte.
Lo que más le aterra de todo es que alguien haya podido verlos. Puede imaginar los comentarios de preocupación y alguna que otra foto. Ruega con todo su corazón que el público no se haya alcanzado a dar cuenta.
—¿Estás bien, Jin? —La voz de Hoseok se hace presente antes de que ellos crucen la puerta y la oscuridad se haga presente. Hay personas del staff esperándolos para dar la atención necesaria.
—Solo es un calambre —menciona el chico tranquilamente.
Namjoon no abandona a Jin. Tienen personal suficiente para hacerle frente al percance y él se niega a hacer algo como eso. Le ayuda a llegar hasta una silla y una vez en ella, el asunto queda en manos de las personas profesionales, quienes se encargan rápidamente de aliviar la tensión del muslo y realizar el estiramiento correspondiente.
Las manos que viajan hasta su cuerpo para despojarlo de los cables que lo atan al monitor no le incomodan. El chico se deja hacer bajo ellas mientras sus ojos observan a Jin. Sabe que no se trata solo de un calambre porque el chico luce cansado y adolorido, pero no menciona algo al respecto.
Permanece allí, a pesar de que las personas encargadas del vestuario lo regañan por no colaborar para hacer su labor más fácil. Sus ojos siguen en el chico, en el modo en que se esfuerza por disimular el dolor.
El deja vu lo golpea de nuevo cuando los gritos y alaridos de Jin se hacen presentes en la habitación. Su corazón late fuertemente contra su pecho, pero no tiene intenciones de esconderse como un cobarde. Es el líder, su deber le demanda seguir allí, supervisando que todo esté en orden.
También se queda porque la necesidad de acompañar es más grande que él. Lo consume cuando puede ver lo débil y vulnerable que luce Jin en la camilla, con sus ojos llenándose de lágrimas.
Sus miradas se encuentran por algunos segundos eternos en lo que Namjoon desea no tener que presenciar el dolor ajeno.
—Vas a estar bien —dice amablemente—, ya verás.
El chico asiente y el fisioterapeuta procede a ubicarlo en diferentes posiciones. Desde el sofá cercano, Namjoon puede ver el cuerpo de Jin ser moldeado y acomodado en medio de gemidos y alaridos. No se va. Él se queda allí, fingiendo hacer preguntas tontas cuya respuesta ya conoce y construyendo excusas para quedarse más tiempo.
Aún le duele la espalda, pero no dice nada respecto a ello. Piensa que es ridículo hacerlo cuando hay alguien que está mucho peor que él. El deber lo consume cada vez que los ojos adoloridos de Jin lo miran fijamente.
Se repite constantemente que debe estar allí, sin ahondar mucho más en razones ocultas. Solo está.
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Probablemente el capítulo más corto de la historia
No se preocupen, esto ya casi se va a acabar. Así que pueden prepararse para el final. Alisten pañuelos para las lágrimas de dolor y odio.
No es cierto, no crean nada de lo que yo digo. O crean un poquito... o mucho.
