Capítulo 2

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Sabe que se ha estado comportando como un completo idiota en los últimos tres días. 

Jimin se lo ha dicho, incluso si el chico no conoce las razones tras el comportamiento del líder. Namjoon tampoco tiene ganas de decirle la verdad. No lo haría ni con él, ni con nadie. A ninguno piensa decirle que ha mantenido una actitud distante con ellos, en especial con Jin, porque está avergonzado. No quiere decirlo ni siquiera en voz alta. Tampoco cree ser capaz.

Incomodidad y vergüenza en su forma más primitiva. Está arrepentido de su curiosidad, de descubrir cosas que le parecieron extrañas, inimaginables. Pensó que podía dejarlo a un lado, pero frecuentar a Jin de la manera en que lo está haciendo ahora que están en vacaciones, no es de mucha ayuda. 

Se ha encontrado sonrojándose furiosamente cuando se descubre a sí mismo mirándolo más tiempo del necesario. Mirando sus labios, sus clavículas duras y su suave piel. Ha de ser la cosa más tonta, porque él ni siquiera se siente atraído por el chico. No lo hace. A Namjoon siempre le han gustado las mujeres, siempre. Pese a ello, la obsesiva contemplación del mayor no tiene ningún sustento. 

¿Curiosidad? Tal vez. Tal vez los tweets le jodieron la cabeza, sí. Es solo eso. Solo eso, ¿o no?

Lo superará luego, en un tiempo. Al menos antes de que comience a trabajar en forma. No planea seguir llevando su relación con Jin del modo en que lo hace ahora, porque es consciente de lo mucho que lo necesita, de lo vital que es que ellos se lleven bien, que todos se lleven bien entre ellos. No puede permitirse el lujo de dejar que una tonta noche de curiosidad arruine su trabajo y la relación que ha construido con los demás. 

Eso sería una estupidez y ¡vamos! Es Namjoon, es un chico inteligente. Lo va a superar. Claro que sí.


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—Hyung, ábrame.

Es Taehyung. Sabe que ninguno, salvo el chico, es tan ingenuo como para aparecerse en su estudio con la actitud que ha estado teniendo últimamente. Namjoon niega con la cabeza frente al monitor y activa la puerta para que el chico pueda entrar sin ningún problema.

No lo mira, pero sabe que ha entrado por el modo en que los descalzos pies de Taehyung acarician la alfombra del suelo y producen un sonido bajo. No tiene ganas de hablar o de lo que se supone tenga el menor en mente. Namjoon sólo necesita más días para seguir comportándose como un idiota, antes de que pueda superarlo por completo, de raíz.

—¿Estás trabajando? —pregunta el menor sorprendiéndolo por la espalda. Sus brazos se posan sobre los hombros del líder. Es repentino. El toque lo toma de sorpresa, aunque no debería, pero se está alejando como quién ha recibido una descarga eléctrica.

—¿Qué haces? —cuestiona en un tono disgustado, mientras se aleja más y se gira para mirar al chico a su espalda. Taehyung también lo está mirando con curiosidad, sin enojo por el rechazo reciente y Namjoon se siente vulnerable, como si el otro supiese lo que está pasando.

¿Sabes cómo te digo que te quiero? - NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora