Capítulo 22

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—¿Todo bien?

Namjoon se queda contemplando la mano del chico pálido un rato y con ella, la botella de agua que le está ofreciendo. Ni siquiera sabe a qué se refiere con "bien", no lo sabe. El líder ha logrado aprenderse toda la coreografía sin ningún fallo para el comeback que es la semana que viene, pero él definitivamente no se siente bien. 

Incluso sabiendo que todo está saliendo como lo planeado, está lejos de sentirse pleno.

No puede dejar el vacío de lado cada vez que ve a Jin. Se siente enfermo, contaminado de algo que no se puede sacar, que lo corroe y se esparce a través de todo lo que le configura.

Está cansado de tener que conformarse con la cercanía que le otorgan lo sueños en donde Jin es el de antes; el que se preocupaba por él de manera sincera, que tostaba su pan a medias, que le dejaba abrazarlo mientras dormían. Namjoon se siente harto de tener que lidiar con el cumplimiento de su deseo solamente cuando duerme. Le duele ser consciente de lo mucho que echa de menos a Jin, su afecto, su amabilidad. El castaño extraña lo que tenían antes, extraña poder estar para el chico. Extraña la reciprocidad que se brindaban. 

En medio de la tristeza, Namjoon no solo echa de menos aquello que el otro le brindaba, sino también lo que él sabía darle a Jin.

—Sí —sonríe débilmente para tomar la botella—, todo en orden.

No sabe cómo arreglar las cosas. 

Si pudiese devolver el tiempo, jamás se hubiese dejado llevar por sus impulsos. Namjoon podría haber seguido con el afecto atravesándolo, confundiéndolo, pero hubiera dejado tranquilo a Jin. El chico no sería consciente de nada y lo querría igual que siempre. Sin miradas soberbias, ni indiferentes de por medio. Sin tratos extraños, lejanos, ajenos.

—Bien hecho, Namjoon. —Se ríe el pelirrojo mientras se acerca al líder—. La coreografía ya está. Ahora sólo tenemos que esperar.

—Gracias, Hoseok —responde el chico devolviendo la sonrisa.

Ellos tienen el día libre hoy. Han terminado prácticas a las 10:00 y técnicamente son libres de hacer lo que quieran lo que resta del tiempo. Namjoon no tiene ganas de estar en la casa. Últimamente no quiere hacerlo porque no se siente cómodo. Incluso si el ambiente ha mejorado, no es bueno para él. 

No del todo.

Es una suerte que su teléfono esté vibrando. La excusa para no estar en casa aparece frente a sus ojos y se apresura a responderle a Young Soo, un amigo de la infancia. Ellos quedan rápidamente en ir a cenar esa noche porque el chico está de paso por Seúl. Es bueno, sabe que necesita despejarse un rato y definitivamente quiere centrarse en personas que no tengan nada que ver con la fama, ni con los medios.

—¿Harán algo más tarde? —cuestiona Jungkook en voz alta y es claro que la pregunta va para todos. 

El castaño guarda su celular en el bolsillo y observa a Taehyung que ahora se ríe del cabello de Jimin.

—¿Por qué lo preguntas? —Yoongi interviene.

—Pensaba salir a cine con Tae —menciona—. Pensé que podíamos ir todos juntos.

Jimin asiente con una sonrisa cansada mientras acomoda los cordones de sus pantalones de algodón.

—Por mi está bien —dice el pelirrojo.

—También para mí. —Se une Jin.

Los ojos de Jungkook se posan sobre los suyos. El chico está esperando una respuesta de su parte.

—¿Hyung? —pregunta el rubio.

—Saldré a cenar con un amigo. Lo siento, Jungkook.

El chico no dice nada, sólo asiente con tranquilidad y se pone de pie para secarse el sudor con una toalla del estante. Ellos se quedan un rato más allí mientras descansan y cerca de las 11:00 abandonan el edificio.

¿Sabes cómo te digo que te quiero? - NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora