Mueve tus bonitas manos III

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—¿Por qué no dejas de dar vueltas delante de mí puerta, Kylie?

—Quería saber si puedo ayudarte en algo.

—Pasa.

Entro al pequeño despacho que tiene papá en casa, cojo una de las sillas y después de colocarla a su lado me siento.

—Puedes ayudarme con esto —me da unos papeles—, marca todas las llamadas del 14 de marzo.

Asiento antes de marcar con subrayador amarillo todas las llamadas realizadas ese día. Lo cierto es que estoy aburrida porque no tengo nada que hacer ni con quién salir. Todos mis amigos están ocupados trabajando o estudiando y nadie me hace caso. Podría llamar a Keisi pero paso de que me explique de nuevo como sus náuseas mañaneras ya se han ido, pero que ahora va al baño cada dos tres. Kennedy ha salido con Leslie, y Cristian está en su nuevo apartamento, apartamento en el que ya están viviendo el y Keisi. Cabe destacar que a todos nos ha salido una hernia por ayudarle con la mudanza y los muebles.

La cosa es que Megan le consiguió un anuncio en una marca importante a Keisi, y con ese dinero y algo que tenía mi hermano de los pocos meses que lleva trabajando han podido alquilar un apartamento de dos habitaciones en el centro de Londres. No se han matado mucho buscando porque es algo temporal.

—¿No ibas a comer con Luke? —Pregunta mi padre.

—Si, pero en el último momento se ha acordado que hoy venía su hermana y ya tenían reserva para comer.

—Bueno esto es más divertido, ¿Eh?

—Seguro —Reimos.

Me fijo que mi padre tiene un cuadro en su mesa con una foto de él y mi madre biológica de jóvenes. Mi madre es exactamente igual que yo, mientras que mi padre es un malote con chupa de cuero y cigarro. ¿Es raro pensar que si tu padre no fuera tu padre, y tuviera tu edad saldrías con el?

—Papá.

—Dime, cariño.

—¿Por qué mamá y tu os divorciasteis? —Mi padre no contesta así que le miro y descubro que está mirando el papel donde escribía perdido en sus pensamientos— No hace falta que contestes si no quieres...

—¿Mamá nunca te lo ha contado?

—No —Salvo algunos comentarios, nunca me ha dicho nada sobre su divorcio realmente.

—Supongo que ya eres lo suficientemente mayor para saber lo que pasó —me mira y me da una pequeña sonrisa—, pero cálzate y vamos al bar a hablar mejor.

—Vale.

Tras ponerme mis tenis blancos y un anorax rojo que me resguarda del frío nos dirigimos al bar. Mi padre coge mi mano y yo no me quejo de ello, siempre seré la niña de papá al fin y al cabo. Nos acercamos a la barra para pedir y me giro asustada cuando escucho un grito histérico decir mi nombre.

—¡¡Kylie!! —Veo como Isabella, hermana de Luke, viene corriendo en mi dirección. Me abraza tan fuerte que el impacto me saca un poco de aire y pierdo un poco el equilibrio. Gracias a Dios siento la mano de Luke agarrar mi brazo mientras con su otra mano estrecha la mano de mi padre y le escucho saludarle. Bella se separa de mí y aplaude emocionada— ¡Tenía muchas ganas de verte, estás guapísima! —de nuevo me abraza.

Sí, llevamos sin vernos aproximadamente un año. Isabella, o Bella como todos la llamamos consiguió una beca en una importante universidad de California especializada en marketing y gestión de empresas. Al principio no quería ir por el echo de dejar solos a su hermano y su madre después de perder a su padre, pero tras convencerla entre todos aceptó su beca. Ahora mismo su piel se encuentra más morena de lo habitual y su cabello castaño tiene mechas en las puntas debido al sol.

The bad girlTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon