The bad girl

Adiós, pasado.

Me doy cuenta que esto no es una pesadilla, cuando en el postre, por mucho que he estado toda la cena intentado despertar sigo aquí. Con Leslie.

Lo peor de todo es que no he caído en cuenta lo que eso va a influenciar en mi vida, solo puedo pensar en algo:

Leslie a intentado suicidarse dos veces.

¿Tengo yo algo de culpa en eso? ¿O la tengo del todo?

Hasta donde recuerdo lo único que he hecho a sido hacer que se sienta miserable, primero empecé con Fran, luego llamándola zanahoria —aunque me encanta su cabello—, recuerdo a ver escondido en dos ocasiones su ropa del vestuario, empiezan a venir momentos a mi.

Yo empujándola.

Yo humillandola.

Yo riéndome de ella.

Yo entregando sus deberes como si los hubiera hecho yo.

Yo sentándome en las piernas de su novio con ella delante.

Yo siendo Lilly.

¿Como pude siquiera juzgar a Lilly cuando yo estoy haciendo lo mismo? ¿Como puedo seguir juzgando a sus amigos por no pararla, cuando mis amigos tampoco me han parado?

Claro, no al extremo donde lo llevó Lilly, pero muchas cosas de las que me hizo se las he hecho a ella.

Y todo esto... ¿Por qué?

¿Por celos? ¿Envidia? ¿Llamar la atención?

Nada de esto tiene justificación, solo deja en claro algo.

Soy mala. Una puta zorra. Una miserable, y todas las cosas en las que estoy en contra que nos llamemos las mujeres.

¿Quien soy yo para hacer sentir miedo a alguien?

Salgo de mis pensamientos cuando escucho a mi padre llamarme, me giro hacia el.

—¿Si?

—¿Te encuentras bien?

—Si.

Parece que me ha llamado un par de veces y no me he dado cuenta.

—Keisi. —Liam habla interrumpiendo lo que se supone iba a decir mi padre.

—¿Que pasa?

—¿Quien es ella? ¿Por qué las dos os habéis puesto pálida al verla entrar?

—No es nuestra mejor amiga, que digamos. —Responde Keisi, en español.

—¿Que os he dicho de hablar en español cuando hay gente delante que no os entiende? —Cuestiona el señor William.

Los dos se quedan callados pero parece que siguen comunicándose con su conexión de hermanos, solo están asintiendo o negando, pero parece que se entienden.

Mi padre de pone de pie llamando la atención de todos, le miramos.

—Bueno, os he reunido a todos aquí, para dar una noticia importante. Rosie, ven. —Una sonriente Rosie va hacia el. — Como sabéis llevamos 5 años siendo pareja, tengo el privilegio de tener un hermoso hijo en común con ella, —todos miramos hacia un sonriente Luis mientras come galletas, Rosie lo coge riendo. — Así que, hace unos días le pedí que fuera mi esposa, -hay un sonido de asombro colectivo, yo solo sonrio- y ella dijo que si.

Todos reímos cuando para dar fe de sus palabras Rosie levanta su mano para que veamos su anillo.

—Y por supuesto, que ella y Leslie vendrán a vivir con nosotros.