Capítulo 13 - Encuentro

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Unos besos tibios en su espalda fueron despertando su conciencia, su cuerpo reaccionó más rápido que ella para ubicarse dónde y con quién estaba, las caricias y los labios suaves de Bárbara habían marcado su piel la noche anterior, durante la mejor experiencia de su vida..., sonrió, al recordar y sentir de nuevo esas mismas sensaciones, este es el cielo..., pensó mientras comenzaba su cuerpo a reaccionar notoriamente ante la invasión de besos.

—Buenos días princesa. –susurró Bárbara al oído de la rubia, mordió el lóbulo de la oreja y dejó descansar su humanidad desnuda sobre la espalada de la rubia quien respondió con un notorio gemido.

—Bue... nos... días... Mi amor. –balbuceó en medio del estremecimiento causada por las manos de la morena danzando por su muslo y su cálido aliento en el cuello, donde le estaba dejando lánguidos besos, luego de acomodar la cabellera rubia un lado.

—Eres la mujer más hermosa que mis ojos han podido admirar. –le expresó suavemente, es que la morena al despertar se encontró con el mejor cuadro que su visión haya podido siquiera imaginar, la rubia estaba bocabajo con su brazo derecho descansando en el abdomen de ella, que desde donde estaba apreció como la sabana apenas cubría parte de su trasero; su piel perfecta; sus piernas de ensoñación; el aroma de su cabello tan cerca y la apreciación de aquellas curvas en primer plano la llevaron a un plano de felicidad plena, nunca había despertado con una mujer a su lado, y en este caso era una diosa griega que la había escogido a ella, una simple mortal, para entregarle su cuerpo.

 –le expresó suavemente, es que la morena al despertar se encontró con el mejor cuadro que su visión haya podido siquiera imaginar, la rubia estaba bocabajo con su brazo derecho descansando en el abdomen de ella, que desde donde estaba apreció com...

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—Mmmm... Creo que no te has visto en un espejo. –respondió conteniendo una seguidilla de gemidos que atrapó en su boca, no sabía si era bien así, si tenía que ser así, pero estaba completamente excitada con apenas esas caricias, y las palabras de la morena, todo su cuerpo demandaba más, pero sobretodo, ella deseaba retribuir aquello que le hacía sentir, pero no sabía cómo, de paso la excitación no la dejaba controlar su cuerpo por lo que demandaba, allí entendió lo de acción-reacción en vivo y directo, tomo nota mental para ser ella la de iniciar la próxima vez... en esta oportunidad ya estaba perdida.

—Eres mi princesa hermosa... –fue bajando sus besos por toda la columna versal, se los daba con detenimiento, mientras se sostenía en sus rodillas flexionadas sobre el cuerpo de Macarena, porque sus manos estaban atendiendo el trasero de la rubia y con la otra uno de sus senos–. Y necesito hacerte entender eso... –susurro mientras la iba llenado de caricias.

—Amor, si así me vas a enseñar, puede que sea un poco torpe para entender. –sonrió y luego gimió al sentir como la morena le mordió sutilmente en la espalda y apretó su pezón a la vez luego de escucharla.

Bárbara sonrió y continuó, iba a tomarla de nuevo no podía esperar, y el tiempo les apremiaba.

Siguió el camino que tenía definido, su mano fue a la entrepierna constando lo mucho que la necesitaban allí; fue grabando cada una de las respuestas de la rubia a sus caricias; disfrutando de sus gemidos; y así siguió hasta que se perdió en su centro de pasión para su deleite y el éxtasis de su princesa por más de una ocasión...



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