Capítulo 4 - Inicio

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Tres días después.

Bárbara y Tessa se despedían en el aeropuerto, la morena estaba dispuesta. Para empezar su plan ya tenían lo requerido, el enlace de Bárbara dentro de la empresa estaba listo, para que el día lunes pudiese iniciar.

Ellas idearon el mecanismo de enlace y comunicación, lo único que les desfavorecía era que la persona que las contrató tendría que saber la identidad de Bárbara. Decidieron correr ese riesgo, pero era necesario, tomaron las medidas de amedrentamiento y aseguramiento necesarias para que su contacto dentro de AQuimax fuese el más perjudicado de salir a la luz pública la identidad de Bárbara. Todo y cada uno de los movimientos estaban calculados e ideados, como si del más brillante y perfecto juego de ajedrez se tratara.

La inconformidad por lo que iba a hacer no la dejaba tranquila, estaba inquieta, inconforme, lo único que deseaba era terminar con todo y regresar al lado de su madre, quien estaba internada en compañía de su padre y tía. Era su único aliciente.

—Barbie, necesito que me prometas que me vas a tener al tanto de todo... Te conozco, no quiero que te desconectes de la realidad para llevar a cabo lo planeado y te olvides que existo. –reclamaba Tessa antes de la despedía. Bárbara estaba abstraída, no estaba nerviosa por lo que iba a hacer, ni ansiosa, era una persona que se caracterizaba por analizar y procesar en vez de guiarse por supuestos. Así que iba enfocada en ella.

—No te prometo nada, sabes que voy con la única intención de hacer todo esto cuanto antes. Odio lo que voy a hacer, pero no me queda de otra. –refunfuñó.

—Calma, todo saldrá bien. Evalué todo el plan y no hay por qué preocuparnos. Sé que manejaras los imprevistos muy bien.

—Venga, te prometo informarte todo... Disculpa que me comporte como una niña. –la morena le regaló una mirada apacible.

—No, no te disculpes, sé que es incómodo, para mí lo es, pero tenemos que seguir con lo pautado, ya no hay marcha atrás, es necesario. –le guiñó el ojo.

Se despidieron con un abrazo y ya era un hecho, al cruzar la línea de embarque Bárbara iba directo y de frente a encontrarse con uno de los mayores retos que se le habían presentado en toda su carrera.

Se despidieron con un abrazo y ya era un hecho, al cruzar la línea de embarque Bárbara iba directo y de frente a encontrarse con uno de los mayores retos que se le habían presentado en toda su carrera

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New York.

Lunes, inicio de una semana muy apremiante. Macarena salía de su casa, era temprano, su chofer la llevaría a su restaurante preferido para desayunar.

Había dejado de desayunar con sus padres, después de notar la tensión en sus momentos juntos. El tema de su cargo y el tiempo que les arrinconaba, la estaban haciendo sentir estragos químicos en su cuerpo para rechazar sus alimentos, por ello optó en desayunar cerca de la torre últimamente, se convirtió en un ritual, el sitio, el café, su desayuno preferido y la conversación con la dueña del lugar, con la que tenía una linda afinidad por su agradable forma de expresar consejos.

ComplicidadWhere stories live. Discover now