—Jesús: claro, mi vida -lo escucho por encima del ruido

Después murmura algo en el oído de mi amiga, a lo que ella suelta una risa y golpea su pecho. Acto seguido el gemelo deja un beso en sus labios y me dedica una sonrisa que le correspondo.

—Ana: vamos -asiente

—Sara: ¿qué te ha dicho? -me intereso

—Ana: que él podía acompañarme -rueda los ojos divertida

Me río ante su comentario y nos abrimos paso entre la gente hasta llegar a las escaleras. Ana quería ir al baño, pero hay una cola considerable, así que hemos ido a preguntarle a Jesús si podíamos subir al baño de arriba. Daniel no estaba con él y eso me ha dejado pensativa. No lo veo desde hace un largo rato.

—Ana: Sara -susurra pellizcando mi brazo

La miro y posteriormente miro hacia donde sus ojos se dirigen. Mi corazón comienza a latir más deprisa. Es él. Es Dani. Viene caminando por el pasillo.

—Ana: es ahora o nunca, tía -me dice- tienes que felicitarlo y... puede que ceda a tener una conversación contigo -me anima hablando demasiado deprisa- te espero abajo, si algo va mal mándame un mensaje, ¿vale?

—Sara: no -niego rotundamente agarrando su brazo- Ana, no...

—Ana: sí -me contradice- confía en lo que te digo -besa mi frente- te quiero

Y aprieta mi mano, como dándome ánimos, antes de corretear escaleras abajo dejándome sola.

Trago saliva nerviosa (muy nerviosa) y sin saber muy bien qué cojones estoy haciendo termino de subir al piso de arriba. Él todavía no sé ha percatado de mi presencia. Va con su copa en la mano, a la cual le da un largo sorbo mientras camina. Lo noto tenso, reflexivo y agobiado; y acaba de verme.

Intento caminar firmemente, como si no estuviera temblando como un flan, pero se pasea con sus ojos por mi cuerpo y no me ayuda en absoluto. Aprieta la mandíbula con fuerza y yo solo quiero darme la vuelta y huir. Mi mente va a mil por hora ahora mismo.

Nos estamos acercando cada vez más y si no le digo algo continuará su camino y me quedaré como una imbécil en el baño sin hacer absolutamente nada porque yo en realidad no me hago pis, quien se hacía pis era Ana y me ha dejado aquí tirada enormemente convencida de que Dani está dispuesto a hablar conmigo.

—Sara: oye -interrumpo su paso

Alza las cejas levemente, casi sin querer, mostrándome su asombro.

—Sara: felicidades -suelto- puede que sea la última persona a la que querrías ver ahora mismo, pero... te deseo lo mejor del mundo, Dani, de verdad

Se humedece los labios, haciendo que inevitablemente me fije en ellos. Continúa tenso, ¿por qué lo está?

—Dani: gracias, Sara -asiente

Está guapísimo. Es guapísimo, pero el traje de chaqueta y la corbata lo hacen terriblemente atractivo.

—Sara: ¿puedo abrazarte? -habla mi subconsciente

Él permanece inmóvil. Imagino que no sabe qué decirme. E inmediatamente me siento imbécil. Acabo de quedar como una auténtica imbécil. Y, no teniendo suficiente con ello, una figura femenina sale de la que es su habitación; la de Daniel; y aparece por el pasillo.

—X: Dani -lo llama a sus espaldas

Y el corazón, la vida y el mundo se me desmoronan al ver a Mónica. ¿Qué hace Mónica aquí? ¿La ha invitado a su cumpleaños? Acaba de salir de su habitación. Acaba de salir de su puta habitación y él venía de allí.

Llegaste tú 2 || GemeliersWhere stories live. Discover now