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- ¡Jimin! Que gusto que haz venido, pasa -el alfa asintió después de escuchar a la señora Min, no quería incomodar, pero apenas después de casi tres meses se había enterado que Yoongi había sido dado de alta del hospital, y quería verlo, necesitaba ver si estaba mejorando por lo menos.

El alfa observo alrededor, el color de las paredes había cambiado, la señora Min había mandado a pintar las paredes con colores más suaves, pastel, en especial en azul pastel, la casa ahora daba un ambiente mucho más cómodo, sus pasos siguieron hasta por fin el pasillo, quitándose los zapatos que traía puestos y colocándose un par de sandalias, miro a la señora Min que le daba una sonrisa indicándole que podía continuar con su camino.

De inmediato Park Jimin comenzó a caminar, su mirada iba enfocada hacía el frente, cuando casi llegaba a topar con pared giro hacía la derecha y así entro a la estancia, se detuvo al ver los cabellos tan desordenados y oscuros de Yoongi, en sus manos tenía un álbum de fotografía, ya no había venda alguna, y tenía la perfecta movilidad de sus brazos, suponía que seguramente le dolerían aún las costillas, pero al menos se encontraba bien.

El de cabellos oscuros paso la pagina al álbum, deteniéndose para poder apreciar de mejor manera cada una de las fotografías que estaban allí, mirando más en las que podía ver su rostro.

- Yoongi -el mencionado miro hacía donde se encontraban su supuesta madre y aquel alfa que no había apartado su mirada de él, frunció el ceño y miro a su madre.

- ¿Por qué el chico raro del hospital está aquí? -pregunto extrañado, buscando en la mirada de su madre alguna posible respuesta.

- Él ha venido a visitarte, cariño -menciono la señora Min-, y no es un chico raro, Jimin es tu amigo, tu mejor amigo, cariño.

Yoongi dejo de mirar a su madre y después paso a ver a Jimin, quien de inmediato aparto la mirada al haberla conectado por escasos segundos con el de piel más pálida, sin decir nada más, Yoongi volvió a ver las imágenes del álbum, la señora Min soltó un largo suspiro.

- Jimin, ¿gustas un poco de té?

- Me encantaría -menciono el alfa para volver su vista hacía Yoongi, quien ni siquiera e prestaba alguna pizca de atención.

- Ven, te prepararé la bebida -Jimin dejo de mirar a Yoongi y siguió a la madre del omega.

Aún pasaban muchas cosas por su cabeza, por unos instantes pensó que en estos pocos meses que habían pasado, Yoongi llegaría a recordarlo y que todo volvería a como antes, aunque claro, sabía que habría muchas consecuencias si eso era lo que pasaba, Yoongi podría dejar de hablarle por la confesión y rechazo, así que esperaba cualquier cosa, sabía que ya no sería lo mismo después de todo lo que había pasado.

Y ahora que estaba enterado que prácticamente el omega no lo recuerda aún, solo lo ponía más triste que alegre, paso una mano por sus cabellos jalándolos levemente, se sentía tan impotente al no poder hacer algo al respecto, quería recuperar al omega, a su amigo, no podía solo dejarlo así como si nada, Yoongi necesitaba recordarlo, necesitaba que lo recordase, para así poder sentirse mucho más tranquilo.

- ¿Cómo ha estado, Yoongi? -pregunto mientras jalaba una silla hacía atrás para poder sentarse, la señora Min se dirigió hacía la estufa encendiéndola, para después agregar agua a una olla y comenzar a calentarla para preparar el té.

- Desde que llegamos no ha querido saber casi nada, le he dado un álbum de fotografías, el doctor menciono que eso tal vez le ayude a recordar algo -menciono mientras se recargaba en la encimera-, siempre mira más las fotografías en las que él sale.

- ¿Inclusive en las que es más pequeño? -la señora Min asintió-. Es extraño.

- No, no lo es, el doctor menciono que posiblemente tenga el presentimiento de que es él -suspiro-, lastima que ya no podrá ir a la universidad presencialmente.

For A Piece Of Your Memories ||JimSu||Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon