—Por cierto ¿qué pasó con tu relación con mi padrino? Puedo notar que obviamente ya no están juntos pero ¿Porqué?

—Básicamente fue por que tu padrino es un imbécil que no sabe soltar el pasado para progresar. — lo observé fruncir el ceño profundamente y traté de explicar aparentando indiferencia — ya sabes, por eso de acostarse conmigo pensando en Lily Potter. Aunque créeme que eso fue lo de menos.

—¿Hay más?

—Hay dos bebés en camino y dijo que lo más fácil era "deshacernos del problema" ¿puedes creerlo? Sugerir tal cosa solo por que no soy la mujer con la que imaginó procrear...

—Eso es horrible, jamás me imagine que llegaría a esos extremos... Estoy de acuerdo que no quisiera nada contigo... Pero los bebés no tienen la culpa de ello. Debería sentirse afortunado.

—Debería, pero él lo siente como una desgracia. — bajé la mirada tratando de retener las lágrimas y recordé a lo que vine principalmente y lo tomé de la mano. — Draco, si hace tres años me hubieran dicho que seríamos tan amigos como lo somos ahora, probablemente habría golpeado en la nariz al que dijera semejante barbarie —ambos reímos al recordar cuando lo golpeé en el tercer curso— me gustaría que fueras padrino del primer bebé que nazca ¿qué dices?

—¡Hermione, eso no se pregunta! Es más, me sentiría ofendido si no me lo hubieras pedido. Será un placer ser padrino del mini Granger. ¿Ya sabes qué serán?

— Aún no y no quiero que me digan el  sexo de los bebés. Quiero que sea sorpresa.

Después de eso fue la corta e incomoda charla con Narcisa. Jamás me hubiera imaginado lo que confesó.

—¿Draco se ha ido, querida? — preguntó Narcisa en cuanto entré al salón de té.

—Si, dijo que tenía que ir con Luna para llevarla a cenar y darle el anillo— comenté mientas me sentaba en el sillón a su lado recibiendo la taza que me ofrecía la pequeña elfina. — Gracias, Rose, eres muy amable —dije a la elfina y la observé cubrirse el rostro con las orejas mientras se sonrojaba.

—Si... Mi niño está muy emocionado con esa chiquilla... Aunque esperaba que se casara con otra mujer.

—Créeme, Narcisa, no hay mejor chica para tu hijo que Luna. Será todo lo que él necesite y más, que no te quede la menor duda de ello.

—No lo dudo, querida, solo que es una chica tan... Extraña. Pensé que mi pequeño Draco eligiria a alguien más serio, una chica como tú. Créeme que prefiero y aún tengo la esperanza de que te cases con mi chico. No habría nadie mejor para ti.

—Oh no no no, Narcisa, yo jamás podría casarme con Draco, es un buen chico, pero no es con quien me gustaría casarme. Es un poco mimado para mí gusto. — dije con un poco de amargura. ¿Porqué no quiere a Luna? Ella es divina y Draco sería afortunado si ella acepta casarse con él. Narcisa hizo una mueca de desagrado por mi comentario y calló por unos minutos en los que bebimos en silencio el té de hierbabuena.

—¿Te gustan más los hombres maduros, como Severus? — inmediatamente me tenés y la observé incrédula. ¿Draco le dijo? — Ayer vino Severus a tomar el té y a recibir la noticia de Draco y me contó de su aventura pasajera. Estás embarazada ¿no es así? Es una lástima que no cuentes con el apoyo del padre.

—Pará mí no fue solo una aventura, Narcisa.

—Pues para él sí, querida. Disculpa que sea sincera, pero ¿qué esperabas de un hombre dañado como Severus? ¿Pensaste qué es un trato que podías arreglar? ¿Qué podías cambiarle para que fuera el príncipe azul que soñaste de niña? —  guardé silencio unos segundos, era una vergüenza aceptar que eso era lo que esperaba.

Mayor Que YoHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin