(2) Cap. 13

1K 62 12
                                    

La vuelta a casa ha sido tan tranquila como la ida al restaurante. Henry siempre tiene alguna cosa que decir y para sacarme una sonrisa en momentos silenciosos. Su compañía me gratifica, me hace sentir bien conmigo mismo.

Cuando entramos a su piso, me siento en el sofá para esperar su siguiente idea, aunque ya la habíamos hablado hace unos minutos.

Un poco de anime no mata a nadie, al contrario. Te entretiene, mata el tiempo y hace que las horas se vayan rápidamente, pero no quiero que eso pase con él al lado.

¿Pensará igual que yo o estará esperando a que acabe el día para dormir? Sea como sea, da igual. Es su decisión lo que quiera hacer, no voy a ordenar nada porque no está en mi mano.

—Bien, estamos en casa. Voy a preparar mi habitación para la tarde de anime.

—¿Tu habitación? —¿no lo íbamos a ver en la televisión?

Es lo que hacíamos. Conectar su portátil al televisor y así disfrutar a lo grande.

—Sí. Quiero estar estirado mientras vemos la serie. Acostados en la cama, pegados y con el portátil encima. ¿Te parece bien?

¿Es una excusa para estar pegados? Si es así, no le puedo llevar la contraria ante la idea.

—Claro, me parece genial —al sonreír, un sonrojo aparece en sus mejillas.

—¡Entonces voy a ello! —y sale corriendo a la habitación para darse prisa y no perder el tiempo hablando.

Mientras él está preparando todo, ya que dudo que me deje hacer algo por ser un invitado, miro el móvil con tal de hacer pasar el tiempo.

Solo tengo un par de mensajes y son de Maya. ¿Qué querrá esta chica loca?

Maya: Si esto va como creo que va, más te vale estar preparado. Estoy segura de que Henry no pierde el tiempo.

Todo eso con un emoticono guiñando. ¿De qué habla? Esto solo va a ser una tarde abrazados, viendo una serie y comentando lo que nos parece.

Un momento... ¿Cree que vamos a hacer eso? ¡Te maldigo, Maya! Ahora no se me irá de la mente el que mi gordito pueda tener ganas de algo así.

¿Y si me lo propone? ¿Y si se vuelve alguien salvaje? Lo dudo, pero... ¿Quién sabe?

¡No estoy preparado para tal cosa! Sería mi primera vez y estaría demasiado nervioso como para hacer algo.

Por favor, que no ocurra. No me he mentalizado aún.

De verdad, Maya. Haré que sufras por meterme en la cabeza este sentimiento de inseguridad.

¿Por qué tenía que mandar ese mensaje? Sé que es un poco curiosa, pero no hace falta que mande tal cosa nada más por la tarde.

—Hugo —me sobresalto, el pensamiento me ha tenido bien sumido—, ¿quieres algo de picar mientras vemos la serie? Eso sí, esperamos a que sea la hora de la merienda y así nos la quitamos de encima.

—Esto... Como quieras —guardo el móvil.

—¿Estás bien? Estás rojo.

—Lo estoy. Es solo que se me ha pasado por la cabeza un beso tuyo —miento, pero es por una buena causa.

—¿En serio te sonroja eso? —pasa su mano por mi frente—. ¿Seguro que estás bien y que es por el beso? Tienes la piel muy caliente —cambia de mano—. Ahora tengo miedo de que estés resfriado.

—Estoy bien, de verdad. Me ha pasado unas cuantas veces en toda mi vida, es normal.

Se aleja. Duda con la mirada, sin creerse mis palabras. Me conoce de toda la vida, es normal que dude.

Mi Querido GorditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora