(2) Cap. 16

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—Muy bien, ahora que este par se han ido —Maya arrastra su silla para hablar más bajo—, me tienes que contar el por qué.

—¿Por qué?

—¡El mensaje! Me amenazas con quemarme viva por ser una bruja sin tener pruebas —ah, ese mensaje.

—No me gustaría mucho hablar de ello.

—Dijiste que era una emergencia. ¿Quieres que lo lea en voz alta? Está listo.

Después de que saliera de la habitación de Henry, me dijo que estaban libres para desayunar juntos fuera. Poco pensé el tener que enfrentar esta situación tan pronto.

—¿Te vas a quedar callado de por vida o me vas a decir qué te pasa?

—Pues que... Nos has hechizado, eso es lo que pasa.

—¿De qué hablas? Solo os mandé un men... Oh...

Miro para otro lado, donde los chicos están hablando sobre algo. Larry se pone sonrojado, mientras que el otro se pone a reír.

—¿Y bien? ¿Se sintió... rico? —no entiendo lo que dice, por eso mi reacción es neutra—. Por el amor de... ¿Se sintió bien el sexo con tu gordito?

Oculto al instante mi rostro entre mis manos, con la cara totalmente ardiendo.

—No me hagas recordarlo.

—¿Por qué no? Es lo que querías desde hace tiempo, estar con él. Y lo has hecho con el que te gusta.

—Lo he hecho con el chico de mi infancia.

—¡Con el chico de tus sueños! No me vengas de santo ahora, estoy segura que por esa cabecita tuya han pasado miles de imágenes y pensamientos sobre él siendo dominante.

—¿Pero qué tipo de sexo tienes tú?

—Eso, ¿qué está mal contigo?

Nos sobresaltamos ambos al escuchar a mi amiga Yelin en nuestra espalda.

—Ostia... Qué susto.

—Llevo aquí un buen tiempo mientras vosotros os quejáis de temas sexuales.

—El que se queja es Hugo —ambas se me quedan mirando.

—¿Te gusta y ahora te arrepientes de haberlo hecho con él?

—¡No me arrepiento! Es solo que...

—¿Qué?

Miro a Henry de nuevo, enseñando algo del móvil a Larry.

—¿Qué pasará en el futuro? ¿Se cansará algún día de mí?

Ambas se miran, hablan con la mirada y Maya suspira.

—¿Cómo quieres que lo sepamos? El futuro es incierto y no podemos saber qué ocurrirá. Si quieres estar con él, acepta el futuro. Pero si tienes miedo acabará afectando a vuestra relación.

—¿Qué quieres decir?

—Quiero decir que si tienes miedo, tal vez no deberías dar el siguiente paso. ¿Habéis decidido tener una relación de novios?

—No.

—Pues tal vez debas esperar. Ese miedo que sientes se puede convertir en vuestro final si no lo superas.

Me quedo pensativo. Tal vez tenga razón y deba aguantar a superarlo, a ver cómo acaba la cosa.

Él mismo dijo que era uno de sus sueños hacer el amor. Quiero interpretarlo como que lo quería hacer conmigo en específico.

—¿Qué mierda de consejo es ese? —pregunta Yelin—. ¿No deberías decirle que siga su corazón, sean pareja oficial y supere ese miedo juntos? ¿Es que los quieres ver aún como amigos?

—Es difícil verlos de esa manera por lo que hicieron. Y no quiero que sufra y vea que al final el chico de sus sueños acaba siendo un amigo sin más.

—Pienso que el miedo se debe superar en pareja, con alguien de confianza. Si no lo intenta, no experimentará. Si no experimenta, no podrá evitar los errores que llegue a causar en el futuro.

—¿Sabes qué? Hugo, sigue tu corazón, lánzate a sus brazos. A ver qué ocurre.

—¿Has tenido pareja siquiera, guapa? —Yelin está empezando a sacar su lado protector.

—No —afirma, bajando la cabeza.

—Pues no des consejos sobre el amor cuando no tienes ni idea. Deja a una chica como yo que los dé.

—¿Has tenido pareja? —pregunto.

—Un poco antes de conocerte estuve con alguien que no vale la pena recordar.

—Eso me sorprende.

—¿El qué te sorprende?

Henry pregunta llegando a la mesa con Larry, quien tiene una mirada curiosa.

—Nada —salta Yelin—, cosas tontas que no valen la pena repetir, ¿verdad? —nos mira a ambos.

—Claro, así es —respondo—. Ya casi ni me acuerdo de lo que dijo.

—Pues sí que debe de haberte aburrido —se sienta a mi lado, rozando nuestros pies—. He estado hablando un poco con Larry, manteniendo al tanto sobre nuestros objetivos.

—¿Objetivos? —ahora me pica la curiosidad.

Agarra su vaso de café y le da un sorbo. Lo deja, se pone un dedo en la boca y se burla.

—Eso es entre hombres.

—¿Quieres decir que no soy un hombre? —me cruzo de brazos.

—No, no, no me refería a eso. Quería decir que es entre nosotros. Solo quería bromear.

—Lo sé —suelto una sonrisa burlona.

—Me había puesto nervioso, no quería enfadarte.

—Tonto. Nunca me enfadaría contigo. Y si lo hiciera caería sobre ti la furia de los mil titanes, un tsunami, huracán y meteorito.

—No controlas nada de eso —se une Yelin.

—Porque tú lo digas.

—Así es, porque yo lo digo y porque el ser humano es incapaz de hacer algo así.

—Vamos, únete a la coña. No seas aguafiestas.

—¡¿Yo aguafiestas?! Te vas a enterar.

Acabamos pasando el desayuno entre pullitas y dulces. La curiosidad sobre sus objetivos me acaban carcomiendo la cabeza y me quedaré de esta manera hasta que me lo cuente.

Y estas dos apenas me han ayudado. ¿Ser pareja o no? ¿Superar el miedo sólo o juntos? Mi corazón acabará dañándose si no tengo cuidado.

Mi Querido GorditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora