(2) Cap. 15

199 15 1
                                    

¿Qué es ese sonido? ¿Por qué siento que mis párpados están calientes?

Ah, espera...

Abro los ojos y el sol me da directamente en la cara sin aviso, dando calor a mi cuerpo.

No, espera. No es el sol el que me da calor. ¿Entonces qué es?

Giro mi cabeza y veo la cara de Henry, dormido y en calma. No quiero estropearlo. Me está abrazando por la espalda y se siente muy bien. Un abrazo cálido y con cariño que las mantas oculta.

Sonrío. No esperaba nada de lo que pasó ayer. Fue tan... ¿mágico? No sé ni cómo describirlo.

El portátil está en el suelo y con la pantalla apagada. Creo que ni terminamos el último episodio en el que estábamos y nos fuimos a dormir.

Ahora me está dando un déjà vu. Ayer me desperté de la siesta en esta misma posición y ahora ocurre lo mismo. Casualidad.

Creo que puedo llegar a mi móvil si estiro el brazo. Lo intento y justo llego con la yema de mis dedos. Lo arrastro un poco y lo agarro para poder leer los mensajes.

Tengo uno de mi madre.

Mamá: "Cariño, espero que te lo estés pasando muy bien con el pequeño Henry. Me alegra saber que habéis vuelto a juntaros. Te quiere, mamá."

Tengo que preguntarle si ha hablado con la madre de Henry. Estoy seguro de que siguen en contacto como en los viejos tiempos.

Debería aprovechar y mandarle uno a Maya. Necesito hablar urgentemente de lo que ha ocurrido entre Henry y yo. Omitiré detalles, pero seguro que lo descubre con sus poderes mágicos. Ser bruja y todo eso.

Listo, mandado.

—Mmmm...

Henry frota su rostro en mi espalda. ¡Me hace cosquillas! ¡Tengo la piel sensible!

—No te muevas tanto, por favor —me suplica con ese tono dormilón.

—Perdón, no era mi intención despertarte.

—No pasa nada —bosteza y abre los ojos—. ¿Qué tal has dormido? —me mueve y me da un beso en la mejilla—. Espero no haber roncado.

—No, tranquilo —suelto una leve risa—. Dormí como un  bebé.

—¿He dormido con un bebé? No quiero ir a la cárcel.

—¡Tonto! —le doy con mi cintura mientras me río—. ¿Y tú? Espero no haberme movido mucho.

—Para nada —me vuelve a abrazar, pero bien fuerte—. Estuve muy cómodo.

Deja de abrazarme, se levanta y se estira mientras emite un gruñido. Espera, está en ropa interior. ¡¿Desde cuándo estaba así?!

—¿Qué pasa? —se da cuenta de mi sonrojo.

—No, nada...

—¿Mmm? —mira abajo y se da cuenta de su semi desnudez—. No me digas que te vas a poner nervioso al verme así —se acerca a mi oreja—. Ya me viste desnudo y lo volvería a repetir —mi sonrojo incrementa.

—¡S-Solo ve a ponerte algo! —le empujo y tapo mi rostro.

—Bien, bien, voy para que estés más cómodo —se acerca al armario, saca un chándal con una camiseta y se la pone—. Ya está. ¿Mejor?

—Mejor —me oculto debajo de las mantas—. Perdón, es tan solo que... que...

—Tranquilo —se sienta en el borde de la cama, posando su mano en mi cuerpo—, sé que eres alguien tímido. Y verme casi desnudo es algo de lo que no estás acostumbrado, pero cambia con el tiempo y te sentirás más cómodo a mi alrededor estando incluso desnudo.

—¡Henry!

—¿Qué? Sabes que lo superarás.

—Lo sé, pero no hace falta que dijeras eso último. Ya estoy súper cómodo contigo, pero...

—¿Pero qué?

—Verte así pues... Sacas mis nervios a flote.

—Ooooh —echa su cuerpo encima mío—, eres tan dulce. Ahora levanta, hay que desayunar.

—¿Lo vamos a quemar también?

—A ver, son tostadas y un vaso de leche con cacao o café. Si consigues quemar un frío líquido, te felicitaré.

—No es algo por lo que se deba celebrar.

—Igual haría gracia si pasase.

—Eso no te lo discuto. ¿Pero y si mejor invitamos a nuestro par de amigos y desayunamos juntos?

—¿Te refieres a Maya y Larry?

—Sí, me gustaría pasar la mañana en compañía. No te lo tomes de otra manera, pero estar juntos es mejor.

—Si están libres, por mí bien. Deja que los llame mientras tú te vistes.

—Oh, vale —sale de la habitación y me deja sólo.

Salgo de la cama en ropa interior y me doy cuenta de una cosa. Se me olvidó por un momento que Henry quería dormir así y acepté.

¡Malditos mis nervios! Siempre hacen que se me olvide algo.


Mi Querido GorditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora