Extra Tres

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"Baby, I'm dancing in the dark, with you between my arms
Barefoot on the grass, listening to our favorite song
I have faith in what I see
Now I know I have met an angel in person
And she looks perfect
I don't deserve this
You look perfect tonight"

Perfect – Ed Sheeran

•••

Michael estaba bien.

Sí, perfectamente bien. O bueno, lo suficiente como para poder mantenerse de pie.

Todavía recuerda la primera vez que se encontró en este estado. Ebrio. Estaba seguro de que tenía quince años (o tal vez estaba a punto de cumplirlos). Recuerda haber estado en la casa de Harry (la única persona que tenía cercana a un "amigo"), era tarde, por lo que había decidido quedarse a dormir. El hermano mayor de Harry invito a sus amigos, de ultimo año de secundaria. Empezó como una pequeña reunión, la cual se volvió en una fiesta cuando en la casa hubieron más de veinte personas.

Michael recuerda agarrar dudosamente la botella de cerveza cuando el hermano mayor de Harry se la paso (Dios, ese chico era demasiado atractivo. Estaba seguro de que gracias a él se dio cuenta que era gay). Le tomo unos segundos pensar en su siguiente acción, recordando las veces en las que su padre llegaba ebrio a la casa cuando tenía siete años, comenzando a levantar la voz y peleándose con cualquiera que estuviera en su camino.

Intento apartar ese mal recuerdo, de todas formas, su padre había dejado a su madre al año siguiente, no volviendo a mostrar su rostro y dejando de mandar dinero cuando cumplió trece. Sabía que por un sorbo de esa botella no se volvería en aquel hombre. O, eso era lo que quería creer para aliviar su sentimiento de culpa.

Desde ahí el alcohol se volvió en una costumbre para él. No se consideraba un adicto, pero sabía que no desaprovecharía la oportunidad de ir a algún lugar si había alcohol de por medio. Él sabía controlarlo. Sabia cuál era su límite, y sabía que sustancias no se debían mezclar. Y, considerando todo aquello, estaba seguro de que esta noche no lo había alcanzado.

Bueno, tal vez no lo había alcanzado, pero si había suficiente alcohol en su sistema para cometer alguna estupidez. Especialmente, si tomamos en cuenta que se encontraba con los brazos de Luke Hemmings rodeándolo por las caderas.

Mikeee... —chillo el rubio, pareciendo un niño pequeño. Michael estaba seguro de que por más maduro que pareciera el chico, él era el adulto en esta extraña relación que mantenían —. ¿Ya llegamos?

—Primero, te dije más de mil veces que no me llames Mike —respondió, a la vez intentando mantener su equilibrio cuando sintió el peso de Luke sobre su cuerpo. A partir de ahora debía alejar a Luke Hemmings del alcohol si no quería tener que estar lidiando con esto cada vez que salían a alguna fiesta —. Y, segundo, tu dijiste que estabas aburrido y querías hacer algo más. Por tu culpa abandonamos la fiesta antes que pudiera divertirme.

—Estar conmigo es mucho más divertido que tirarte a Nate —refuto el rubio, refregando su nariz en su cuello. Michael sintió como los cabellos de su nuca se ponían de punta al sentir el caliente aliento del chico contra su cuello.

—Lo que digas, Hemmings.

A Michael le hubiera podido tener las agallas para poder negar aquello, pero sabía que no estaba lo suficientemente sobrio como para poder ser igual de frío y cortante como acostumbraba a serlo. Posiblemente si hubiera tomado un poco más posiblemente ya le hubiera dicho a Luke que aquello era verdad.

Desde hace menos de seis meses Luke había entrado a su vida, solo logrando debilitar las paredes que había construido alrededor suyo. Ese estúpido rubio de ojos azules lo estaba volviendo vulnerable.

Better Than Words ☾MukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora