Better Than Words ☾Muke

Quince

"Little do you know
I'm still haunted by the memories
Little do you know
I'm trying to pick myself up piece by piece
Little do you know
I need a little more time
Underneath it all I'm held captive by the hole inside
I've been holding back
For the fear that you might change your mind
I'm ready to forgive you, but forgetting is a harder fight"

Little Do You Know – Alex & Sierra

•••

Cuando los ojos de Michael se fueron a su teléfono fue cuando se dio cuenta la fecha de hoy. Tomo un profundo respiro. Era algo a lo que se supone que ya debería estar acostumbrado despues de tantos años, pero siempre este día hacia a su estómago encogerse.

Salió de la cama con delicadeza. Intento no moverse mucho, y salir de encima del cuerpo de Luke. Un quejido se escuchó de parte del rubio, pero rápidamente fue callado cuando Michael puso una almohada en reemplazo, la cual no tardo en ser rodeada por los brazos de este.

Desde hace tres días que Luke se estaba quedando dormir con él en aquella habitación de hotel. No estaba seguro si la esposa de Luke estuviera del todo de acuerdo con ello, pero prefería no preguntar. Siempre evitaba los temas que tuvieran que ver con la pareja. Solo disfrutaría los días que Luke estaba aun con él.

Escribió una pequeña nota con un bolígrafo de tinta roja (el primero que encontró en su desorden) y la dejo en la mesa de noche de al lado, debajo del celular de Luke. No queria que el mayor se preocupara por su ausencia, por lo que lo más razonable fue dejarle la dirección de donde se encontraría.

Le hubiera gustado llevar a Luke consigo. Queria que sus brazos lo rodearan y le dijera en su oído que todo estaría bien, pero no podía. Tenía que hacer esto solo. No queria acostumbrarse a la presencia de Luke. No cuándo sabía que podría irse.

Soltó un suspiro una vez tuvo todo listo para despues cerrar lentamente la puerta de la habitación. No le tomo mucho tiempo tomar el autobús, se sabía rutas de memoria. Escuchó algo de música mientras apoyaba su cabeza en la ventana, sintiendo la ligera brisa del otoño caer en su rostro. Inspiro aquel aire y cerro sus ojos. Aun le quedaba una larga ruta.

Sus ojos se abrieron lentamente, justo a tiempo como todos los años. Luego de dos paradas más llego su turno de bajar. Algo nervioso se fue acercando hasta la entrada del lugar. Sus manos sudaban y agarraban fuertemente los ramos de las rosas que había traído.

El cementerio siempre fue un lugar que le dio un extraño sentimiento en el pecho desde niño.

Tal vez todo empezó por aquellas aterradoras historias que contaba Adam de sexto grado, sobre los espíritus que podían jalarte de los tobillos cuando caminabas sobre sus tumbas y esas mierdas. Michael recuerda haber estado mirando demasiado sus tobillos la primera vez que vino a este lugar.

Hizo el corto camino que sabía de memoria, esta vez sin estar demasiado concentrado en sus tobillos (o tal vez un poco). Cuando llego a su destino se encargó de cambiar las viejas y marchitas rosas, por las nuevas y frescas que había comprado a la salida del hotel.

En frente de sus ojos estaba escrito el nombre de su madre. Era raro verlo ahí. En una lápida de cemento. Michael estaba acostumbrado a verlo en aquellos exámenes que solía corregir en casa despues de la escuela.

Tomo aquel pesado aire que sentía alrededor suyo para despues soltarlo.

—Siempre es difícil encontrar las palabras adecuadas que decir cuando vengo a verte. Antes, cuando estabas aquí, era más fácil. Te contare lo que paso los últimos meses —Michael tomo asiento en césped, con las piernas cruzadas. Su mirada ya estaba en su regazo, comenzando a sentirse incomodo por tener que mirar aquella lapida —. Me volví a encontrar con Luke. ¿Te acuerdas de él? Apuesto a que sí, decías que era tu alumno estrella. No quisiste creerme él acepto tener una cita con alguien que repitió Matemática 1 —una risa salió de sus labios ante aquel recuerdo. Su madre amaba a Luke —. Pero, las cosas cambiaron. Luke está casado, es exitoso, como tu dijiste que lograría serlo algún día. Y yo... yo sigo siendo yo, un completo desastre. Tenías razon cuando dijiste que me arrepentiría de todas las decisiones que tome. Pero, créeme que si pudiera volver al pasado no las cambiaria. No me arrepiento de haber sacrificado todo por unos días más contigo.