Seis

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"And I'm highly suspicious that everyone who sees you wants you
I've loved you three summers now, honey, but I want 'em all
Can I go where you go?
Can we always be this close foreveer and ever?
And ah, take me out, and take me home (Forever and ever)
You're my, my, my, my lover"

Lover – Taylor Swift

•••

Tal vez debió tomarse un momento para pensar mejor su respuesta, pero sabía que era imposible que su cerebro pudiera pensar en algo más que no sea el chico de cabellos rosados a unos escasos centímetros de su cuerpo.

Aquellos rosados y gruesos labios fueron lo único que basto para que aquella pequeña chispa que comenzó a sentir se volviera en una explosión.

Eran toscos, apasionados y desesperados los movimientos de ambos. Sin control, dándolo todo de ellos, como si nada a su alrededor importara. Como si siguieran siendo los mismos Michael y Luke de hace varios años.

Ahora mismo, Luke no pensaba en su adorada esposa Silvia, la cual podía estar preocupada por su repentina desaparición en medio de la noche. Ahora mismo, Luke no pensaba que estaba besando al mismo chico que le rompió el corazón al salir de su vida sin ni una sola explicación. Ahora mismo, Luke había dejado de escuchar a su voz de la razón y solo estaba siguiendo sus instintos, y tal vez, a su corazón.

Sin darse cuenta, el cuerpo de Michael ya estaba al borde la cama, a solo un empujón de caer sobre esta. Luke se encargó de ello, de que el cuerpo del menor quedara sobre el caro colchón y las suaves mantas. Los besos siguieron, mientras intentaba posicionarse mejor sobre el teñido. Para ser más exactos, entre sus piernas.

Las manos de Michael pasaban desesperadamente por sus cabellos, dándoles pequeños tirones que lo hacían soltar unos cuantos jadeos sobre los labios del mismo. Por el otro lado, sus manos se perdían dentro de la polera de este, tocando la caliente y suave piel de su pecho.

Podía sentir la erección de Michael crecer contra su muslo, haciendo que este levantara ocasionalmente las caderas en una posible búsqueda de alivio. Decidió no perder más tiempo, y por fin deshacerse de la molesta prenda negra, que evitaba que pudiera besar la pálida piel.

Una vez la polera de Michael salió de su cuerpo, ocasionando que ambos labios volvieran a separarse, Luke tuvo que aguantar un jadeo de sorpresa al ver lo que esta ocultaba.

Michael estaba delgado, demasiado delgado. Sus clavículas resaltaban, mucho más de lo que recuerda, y podía ver los huesos de sus costillas sin tener que esforzarse tanto. La mirada de Michael estaba puerta sobre él, algo confundida al ver que había parado. Luke decidió volver a besarlo, sabía que ahora mismo no era el mejor momento para hablar de aquello.

Sus labios bajaron hasta el mentón del menor, siguiendo un camino de besos hasta las clavículas. Su lengua las acaricio delicadamente, sacando unos dulces jadeos de parte del chico. Cuando sus dientes rozaron la lechosa piel, Michael lo detuvo.

—N-No... —la voz de Michael estaba ronca, casi rota. Le encantaba —. N-No me p-permiten... Mi- mi trabajo...

Shh —susurro, pegando sus labios a la suave piel y llevando su mirada hasta los ojos verdes que lo miraban avergonzadamente —. Está bien, sabes que nunca haría nada que tu no quisieras, Mike.

El apodo salió de sus labios de una manera tan casual, como en los viejos tiempos. Aún recuerda lo mucho que insistía Michael en que dejara de llamarlo así cuando se conocieron. Michael nunca había sido bueno con las muestras de cariño de parte de otras personas. Tal vez hasta ahora.

Better Than Words ☾MukeWhere stories live. Discover now