Cuatro

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"Can we have a little conversation?
Figure it out with no intoxication
We carry on, what is our motivation?
We're never wrong, how the hell we gonna make it?
Maybe we're used to this
Tell me, what are we to do?
It's like we only play to lose
Chasin' pain with an excuse
I love that shit and so do you
But don't break your back for me
I'll put you out of your misery"

Stay – Post Malone

•••

Su pie estaba clavado profundamente en el acelerador, sin tener ninguna intención de levantarlo. Sus manos apretaban fuertemente el volante, lo suficiente como para que sus nudillos se tornaran blancos.

Las desiertas calles no ayudaban mucho a calmarlo, la oscura noche y la peligrosa zona en la que se encontraba, mucho menos. Este era en el momento en que agradecía haber escuchado uno de los consejos de Silvia sobre cargar su celular la noche anterior porque estaba seguro de que su batería no hubiera durado lo suficiente de no ser por eso.

La pequeña "x" en el mapa de su celular se encontraba cada vez más cerca de su ubicación. Aquello solo lo hacía ponerse más ansioso. No había ni una sola alma en aquellas calles, y estaba seguro de que si la había no querría nada bueno.

Estaciono su carro de último modelo cuando llego a su destino y bajo del vehículo sin pensarlo dos veces. Uno de los pocos postes de luz que no estaban malogrados lograban ayudarlo un poco a ver mejor las calles, pero aun así no sabía cómo empezaría su búsqueda. Sabía que no era una buena opción llamar demasiado la atención en un lugar como este.

¿Cómo es que Michael acabo aquí?

Negó con la cabeza. Ahora mismo lo mejor era que se concentrara en encontrar al chico de cabello de colores. Lo último que necesitaba era preocuparse más y pensar en la infinidad de razón por las que Michael acabaría aquí. Michael. Un prostituto.

Luke paso sus manos por sus rulos dorados, intentando concentrarse. Un pequeño callejón se encontraba a unos pasos suyo, y no estaba demasiado seguro si quería acercarse a aquel lugar. Había visto suficientes películas y leído suficientes libros como para saber que aquel lugar era el escondite favorito de los asesinos en serie.

De igual manera, sabía que no podía pasar sin revisar aquel lugar. No era una opción salir de ahí sin Michael.

Sus pasos resonaban en la acera a medida que caminaba. Su corazón estaba latiendo más rápido a cada segundo, pero solo intento no pensar en aquello. Tenía miedo. Sí, bastante. Ahora mismo podría estar en su cómoda cama de tres plazas, envuelto entre sus costosas sabanas y disfrutando de sus preciadas horas de sueño, pero no. Estaba en una de las zonas más peligrosas de la ciudad en busca de su ex amor de la secundaria.

Su vida era un desastre.

Escucho el sonido de bolsas de plástico en el momento que estuvo parado en frente del callejón. Iba morir. Tal vez este era el momento en el que la historia de su vida pasaba por sus ojos antes de ver la famosa luz blanca, o bueno eso decían en los testimonios que leía en internet.

Para su suerte (o tal vez mala porque no pudo confirmar las leyendas sobre la muerte), un pequeño gato negro salió de entre el callejón. El pequeño animal comenzó a maullar, pasando refregarse en tu tobillo en busca de atención.

—Hey, pequeño —murmuro en un tono de voz más agudo de lo normal. Se agacho hasta tener al gato entre sus brazos, donde este cómodamente se acurrucó —. Me haces recordar a alguien...

Better Than Words ☾MukeWhere stories live. Discover now