Dilema 13

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Jeon Jungkook, en muchas ocasiones, realmente disfrutaba ser un Beta: No tenía problemas con los celos cada tres meses y no tenía ni un solo problema con las feromonas que cualquier lobo consiguiese soltar a su alrededor. Por lo general él sí se encontraba satisfecho con esa condición que lo dejaba fuera del romance entre lobos.

Ni siquiera sabía si en algún momento su verdadero lobo fuese a mostrarse. Salir a flote para demandar toda la atención que años atrás no tuvo la oportunidad de brindarle. Solo esperaba que ese momento no llegase cuando se encontrara tan cerca del Omega que ahora intentaba arropar sin la necesidad de llamar al Alfa más idiota que conocía. Krishna. Taehyung realmente sabía cómo rebalsar su paciencia de un segundo al otro,se trataba de un mal hábito que decidía no dejar por más que Jungkook se lo pidiese.

Cachorros, la palabra resonó en su mente unas cuantas veces mientras observaba a un pacífico Jimin quedarse dormido mientras Jungkook se las arreglaba para acariciar con suavidad su cabello. Era magnífica la forma en que el chico se inclinaba ante su tacto, sumiso y tranquilo, reaccionando como debería reaccionar con los Alfas.

-Eres un poco raro, ¿no es cierto, cachorro?- Jungkook, sintiendo la forma en que su corazón se derretía por el chico, se acostó a su lado en la cama, dejando que el Omega se acurrucara entre sus brazos-. No pasa nada por dormir un rato aquí.

El Beta era realmente inocente creyendo que el deseo del Omega podría menguar con los días que pasaban, sin saber que realmente provocaba lo contrario en el lobo de Jimin.

Ambos cayeron en los brazos de Morfeo sin más molestias, cómodos y cálidos en la presencia del otro, apretando sus brazos alrededor, como si alguno pudiese escaparse de esa realidad.

Jungkook era un Beta feliz. Lo sabía, nunca se podría cuestionar lo bien que la vida lo trataba, dejándole tener por lo menos a Taehyung como un pilar en su vida desde que abandonó el hogar de sus padres. Esa era la parte difícil para el Beta, siempre que recordaba la expresión que cada uno de los integrantes de su familia colocó cuando se enteraron de que, en efecto, estaba huyendo del pueblo. Y, por supuesto, de un destino trazado por las buenas intenciones de sus padres.

-Solo voy a estudiar- había prometido el día de su partida-. Regresaré cuando reciba el título y un poco de dinero.

-Todos te estaremos esperando, Kookie- por más que las palabras de su madre habían querido sonar como un juramento dulce, la emoción reflejada en sus ojos tornaba todo demasiado lóbrego.

-¿Papá no vendrá a despedirme?- intentó resolver la duda que le dejaba un mal sabor de boca.

Uno de sus hermanos menores bufó antes de que su madre consiguiera responderle algo.

-Papá no va a querer verte- soltó sin más el menor, evadiendo topar su mirada con cualquier parte de Jungkook.

Papá no va a querer verte, la vocecita de su hermano aún resonaba con gravedad en su cabeza. Él sabía que no se trataba de una exageración, solo una verdad demasiado dura para afrontar en ese momento.

Si tan solo su padre no lo hubiese encontrado ese día...

Todos esos recuerdos se mostraron como un torbellino en sus sueños. Recordó la forma en que su padre lo observó después de comprobar algo en lo que Jungkook había puesto demasiado empeño en ocultar. También la forma en que el tema se volvió demasiado mencionado por ambos progenitores cuando necesitaban buscar una excusa para castigarlo.

Krishna.

Él realmente nunca creyó que su familia se tomaría tan mal una parte fundamental de él mismo. Tuvo que suponerlo igual ¿Qué demonios esperaba de una familia que se quedó con todas las tradiciones y pensamientos de un pequeño pueblo casi abandonado? ¿Qué esperaba de unos padres que querían casarlo con la única Beta de su edad? Todos los momentos sombríos cayeron sobre él como una gran tormenta que golpeaba todos los puntos sensibles en su interior.

-¿Jungkook?- dos voces a la lejanía le llamaban, voces que sonaban al final de un gran túnel oscuro.

¿Cómo podría llegar a ellas? Su camino comenzaba a difuminarse, quedando solo el que lo regresaba a su hogar, a los gritos y golpes de sus padres.

Jungkook corrió con todas sus fuerzas hacia la oscuridad del túnel que desaparecía. Corrió porque su vida realmente dependía de ello, porque todos esos años de felicidad lejos de su familia no podían borrarse tan fácilmente.

-¡Jungkook!

Con la respiración agitada, intentando atrapar más aire, Jungkook abrió los ojos, comenzando a sentir poco a poco cada una de las partes de su cuerpo. Los dedos de sus pies estaban encogidos, los músculos de su cuerpo demasiado tensos, la manos le picaban por apretarlas en puños demasiado tiempo.

También fue consciente de un cálido cuerpo presionado contra su pecho y otro a uno de sus costados. Parpadeando lentamente, comenzó a mover su mirada por toda la habitación, notando al fin que seguía en su apartamento compartido con Taehyung, muy lejos de la casa de sus padres.

Al seguir con su inspección notó al Alfa acostado junto a él, dejando muy poco espacio en la cama para los tres.

-¿Estás bien, Kook? Estabas llorando- las grandes manos del Alfa acarician su rostro con ternura, secando las lágrimas que aún se deslizan por sus mejillas.

La oscuridad cubre la mayor parte del rostro del Alfa, pero Jungkook se siente más seguro sabiendo que se encuentra a su lado para regresarlo a la realidad que él amaba.

-Solo fue una pesadilla- consiguió articular con un gran esfuerzo-. Pero se sintió demasiado real para mi sanidad mental.

Los brazos de Taehyung se enrollaron alrededor de ambos cuerpos, llevando a encontrarse más cerca de lo que los padres de Jungkook permitirían.

Era un jodido Beta en medio de un Alfa y un Omega y, para empeorar la situación, ambos eran hombres. Seguramente sus padres vomitarían si consiguieran verlo en ese momento.

-¿Van a usarme de almohada ambos?- pregunta Jungkook, notando como cada uno de los chicos a sus costados luchan por mantenerse lo más cerca a él que puedan.

-Vuelve a dormir- susurró Taehyung en su oído-. Yo te cuidaré si ellos intentan regresar para lastimarte.

Si Jungkook fuese un Omega, seguramente debería de encontrarse muy satisfecho con la protección del Alfa. Pero él no era un Omega, y tener esa protección solo le causaría más problemas con su familia, si seguían considerándolo parte de la manada.

Suspiró antes de acomodarse de nuevo entre ambos cuerpos, dejando sus brazos alrededor del Omega, cuidándolo del frío de la noche.

-Gracias, Tae.

¿Debía de mentir con lo bien que se sentía siendo cuidado por su mejor amigo Alfa? Daba igual, siempre que se mantuviese lejos de su pueblo, todo estaría bien para ellos.

Para él.

𝐃𝐢𝐥𝐞𝐦𝐚𝐬 𝐃𝐞 𝐔𝐧 𝐁𝐞𝐭𝐚 ×𝐕𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧×Where stories live. Discover now