Capítulo XLVI

129 15 2
                                    

Después de la barbacoa, los días siguieron su curso en una cómoda rutina. Escuela, trabajo, cenas y mucho amor.

Una de las cosas que agradecía Jaime de vivir en Los Ángeles, era que la prensa se preocupaba mucho de su carrera y poco de su vida personal. Eso le daba plena libertad para disfrutar de paseos y salidas a cenar con los niños y Laura. Ya estaba en la semana veinte del embarazo, y de acuerdo a la doctora, en cualquier momento podría comenzar a sentir al bebé. Para Laura, aquello sería una confirmación del milagro de llevar a su hijo en el vientre. Jaime, quien ya había vivido dos embarazos anteriores, se emocionaba junto con ella ante los descubrimientos que Laura hacia cada día. Como aquella tarde cuando fue consciente de su primer antojo.

–Jaime. – lo llamó Laura, mientras estaban en el mercado. Jaime iba con Jaimito de la mano, mientras elegían algunas manzanas.

–¿Qué pasa? – dijo sin mirarla.

–¿Has visto si tienen mango picoso?

–¿Eh? – la miró mientras le daban el cambio. Elena tomó la bolsa de las manos de su papá para sacarle una manzana y darle un gran mordisco. Jaime movió la cabeza, sonriendo.

–Me gustaría comer mango con chile.

–¿De verdad? – ella asiente – ¿Y eso es un antojo?

Laura sopesó la respuesta y sonrió resplandeciente.

–Mi primer antojo – sonrió emocionada.

Jaime la abrazó riendo a carcajadas. Cuando la soltó, le tomó la mano libre y siguieron recorriendo el mercado.

–Vente, parece que más adelante hay un puesto donde venden mango picoso.

Por la noche, después de haber acostado a los niños, ambos se encontraban en la sala de estar, y solo los iluminaba una tenue luz. El resto de la casa estaba completamente a oscuras. Ambos estaban recostados en el sofá, abrazados. Jaime miraba su teléfono celular, mientras que Laura dormitaba.

–¿Amor? – susurra Jaime.

–Mmm – responde Laura somnolienta.

-Mira... - Jaime le alcanza el teléfono.

En la pantalla, aparecían los niños saltando en la orilla de la playa, con la apuesta de sol como fondo. Reconoció rápidamente el día en que Jaime les tomó la foto. Aquel día habían ido a merendar a la playa, mientras de forma privada, recordaban y festejaban el día de la madre para Heidi.

Pero lo que le llamó la atención y la emocionó, fueron las palabras escritas en la descripción:

Nuestro primer Mother's Day sin ti... Y por supuesto que te extrañamos... Pero nos dejaste una labor muy importante, y es seguir amando... gracias #DDD #TAT

Happy 1st Mother's Day with us, new mommy!

Jaime la observó detenidamente. Aquella publicación en Instagram la había hecho hacia pocos días, y se sintió pleno al reconocer ante el mundo, el hecho de que su corazón por fin pertenece a la persona con quien se siente él mismo. Y seguir reconociendo a Heidi, era su forma de homenajearla. Esperaba que con eso Laura se sintiera cómoda, pues las redes sociales eran una pequeña parte de su vida, y tenía certeza de que tarde o temprano, ella seria parte de aquel mundo. Cuando la vio contener las lagrimas, sonrió tiernamente y la abrazó.

-No llores...

-No estoy llorando... - dijo ella mientras se limpiaba los ojos.- se me metió una basurita al ojo.

-Ajá, si... - le dio un beso en la sien- vas a tener que hacerte tus cuentas de redes sociales.

-Las tengo... solo que no las uso.

¿Seguirás Amandome?Where stories live. Discover now