Capítulo XX

152 16 5
                                    

Salieron de la consulta en silencio.

Ninguna hizo ningún tipo de comentarios mientras iban camino a casa. Pero Heidi hizo una parada antes: la farmacia. Compró los medicamentos de Laura.

Laura no podía creer lo que le había revelado la doctora.

¿Cómo podía haber pasado aquello? "¡Que pregunta más estúpida!", se recriminó mentalmente. Sabía claramente como había pasado, como había llegado un bebé a su vientre. Lo que no podía entrar en su cabeza, era el cómo podría ella encajar un bebé en su vida.

"¡Dios mío!", se tapó la cara con las dos manos. Iba a ser mamá. Venía en camino un hijo que no había sido planeado ni esperado. Un hijo. SU hijo.

No estaba contenta.

No era algo que había planeado ni en corto ni a largo plazo. No se veía siendo madre. Menos aún en las circunstancias que rodeaban la concepción de ese pequeño.

En ese momento, volvió Heidi.

-¿Qué piensas?

-No quiero un hijo.

-No digas eso – dijo mientras se incorporaba al tránsito – Un bebé, independiente de las circunstancias de su concepción, siempre es una bendición.

-¿Cómo estás tan tranquila?

-Cariño... no estoy tranquila. – Dijo Heidi respirando profundamente.- Pero tengo claro que Jaime está en su derecho de rehacer su vida. Quizás no de esta forma... - moviendo su cabeza a un lado – o tan rápido...

-Jamás me imaginé en esta situación...

-Puedo apostar a que ninguno de nosotros se esperaba nada de esto.

-Me siento mal... - cubriendo su rostro con unas temblorosas manos – perdóname. Jamás se me cruzó por la cabeza que existiera una mínima oportunidad con Jaime.

-Laura... - deteniéndose en un aparcamiento.

-Y que sucediera de esta manera... ni menos que trajera este tipo de consecuencias.

-¡Laura! – hablo nuevamente Heidi, interrumpiendo la hiperventilada disculpa de Laura. Lau la miró con lágrimas en los ojos. – Lau... tranquilízate. No tienes que disculparte. Te lo dije hace unos días, y te lo vuelvo a repetir, quiero que Jaime sea feliz. Sé que esto los pilla de sorpresa... pero puede ser un buen comienzo... - le toma la mano a Laura – estoy segura que le harías muy bien a Jaime.

-No lo digas...

-Es cierto... si tuviera que elegir a la mujer con quien mi esposo pudiera estar, te elegiría a ti.

-No... eso no es cierto. Jaime no me quiere. Puede que tenga algo que le atraiga, pero definitivamente no me quiere.

-Claro que te quiere... quizás aún no se da cuenta – Laura la interrumpe.

-No. Y después de la noticia... claramente no seré santo de su devoción.

-Cariño, el bebé es un milagro... tarde o temprano se convertirá en la bendición que necesitabas.

-Lo dices porque siempre has tenido certeza que podrás tener hijos y los crees una bendición. Yo no. Nunca fue parte de mis planes ser mamá. Por eso me dedique a mi carrera, hasta que me vine a Los Ángeles.

-No me puedo llegar a imaginar que no pudiera tener hijos. Digo, me sentiría incompleta.

-La verdad, muchas mujeres pueden pensar eso... Para algunas es la realización de una vida. Otras lo ven como un paso más en la vida. Yo podría ser de esas, si no hubiera sido siempre de las que cree que un bebé no me define como mujer.

¿Seguirás Amandome?Where stories live. Discover now