Capítulo XXIII

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-¡Por dios! – salió de la boca de Jaime antes de tomarse la cabeza con las dos manos. -¿Cómo sucedió todo esto sin darme cuenta? – La miró detenidamente - ¿Por qué me lo ocultaste? ¿Por qué me ocultaste los análisis? ¿Cuándo te los hiciste, por cierto? – habló rápidamente por culpa de los nervios.

A veces, las personas se sienten ajenas a estas enfermedades ya que nunca han tenido que lidiar con el tema. Sin embargo, la palabra "Cáncer" sigue siendo el gran miedo de la humanidad. Laura lo sabía bien. Había visto casos así en la universidad. Gente que por desinformación, se aterrorizaba ante la palabra y por no hacerla realidad, evitaban tratamientos y análisis. Cuando decidían hacer algo, muchas veces ya era demasiado tarde.

-Me los hice hace unas semanas atrás... cuando viajé a México.

-¿México? –Jaime volvió a desconcertarse - ¿Por qué allá?

-Porque tenía miedo. – Murmuró con voz trémula - Miedo a que saliera en los medios... Que te enteraras por los medios que podría estar enferma.

-Hei... - habló Laura – ¿Ya concertaste cita con algún especialista acá?

-No. Pero el médico de México dijo que me ayudaría con eso. Dentro de los próximos días me debiera enviar la información de un especialista con el que hacer la biopsia.

-Sabes que lo que necesites, estoy aquí.

-Es por eso que están aquí. – Heidi le tomo las manos a ambos.- Quiero que me prometan que nadie se enterará de esto.

-Estás loca, ¿Lo sabes? – soltó Jaime.

-Loca o no, quiero que me prometan que no se lo dirán a nadie. Por los niños.

Jaime y Laura se miraron. Ambos entendieron por qué Heidi les pedía que guardaran silencio con todo.

-No quiero alterarles su rutina – prosiguió Heidi – Son tan pequeños para entender que debo operarme. En el peor de los caso...

-No... no sigas... - susurró Jaime.

-Otra cosa... - miro a Laura – Quiero que vuelvas a la casa. Ellos te van a necesitar mientras paso por los exámenes y todo lo demás.

-No lo sé... es complicado... - dijo Laura pero sus excusas quedaron flotando en el aire.

-Yo lo sé, pero te necesito. – los miró a ambos – Necesito a mi familia junta.

-Y lo tendrás, no tienes que preocuparte por eso. Vamos a estar contigo en todo esto. – Jaime miró desaprobadoramente a Laura, y esta se hundió en el asiento por el regaño velado que recibió.

-Gracias. – sonrió un poco mas aliviada por contar con ellos. Miró su reloj del teléfono – ¡Ups, se me pasó la hora! Tengo que ir por los niños a la escuela. – Apuró su café y comenzó a levantarse de la mesa – No se preocupen, ustedes quédense. Creo que también deben hablar.

-Pero... - dijo Laura sin entender nada.

-Nada de peros... espero verte en casa esta noche. – la besó en la mejilla y luego se despidió de Jaime. – Tomate tu tiempo. Nos vemos más tarde.

Jaime la besó en la mejilla y la dejó ir. Aun estaba sorprendido con la noticia de Heidi. Laura sin embargo, salió tras ella sin entender nada.

-¿Qué pretendes dejándome a solas con Jaime? – le preguntó cuando la alcanzó en la acera.

-Nada. Ustedes tienen cosas de qué hablar. – Dijo mientras sonreía – Supongo que has pensado las cosas mientras te escondías.

-Yo no me esc...- Comenzó diciendo Laura pero Heidi la interrumpió.

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