75 - Manada Medianoche

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Despierto al oír un aullido demasiado cerca.
Abro mis ojos y no reconozco donde estoy.

Los recuerdos llegan a mi y no puedo evitar emocionarme al pensar en Jacob.

Me quedo allí tendida, solo existiendo.

Me sentía terrible, y aunque sonara exagerada; no me importaba a quedarme aquí mismo para siempre.

Me abrazo intentando detener el dolor, mí pecho pesaba demasiado y deseaba llorar todas las lágrimas que tenía inundandome.

Sentía un nudo en mi garganta apretándome fuertemente, el cual me dificulta respirar con normalidad.

Me habían roto el corazón, y dolía terriblemente.

Otro aullido.
Me pongo alerta.

Me siento, y observo mi alrededor.

Estoy en un lugar oscuro y húmedo, parece ser una cueva.
Me encuentro descansando sobre unas mantas que huelen a menta.

Se oye agua corriendo cerca y muchas voces a lo lejos.
No recuerdo cómo llegué aquí, pero sé que Ezra tiene algo que ver.
Puedo sentir su aroma a lobo por todo el sitio.

Un pequeño lamento en la oscuridad llama mi atención.
Me giro rápidamente, a unos metros hay una fogata y tras de esta hay un enorme bulto de pelo gris.
Me sobresalgo al notar que es un lobo.

Quizás esté herido o enfermo ya que no se mueve.
Puedo oir sus lamentos y su respiración cada vez más lenta.

Me acerco sigilosa, y con cuidado para no asustarlo, no quiero que tenga una reacción violenta hacia mí pero al notar que realmente no se encuentra bien camino rápidamente para auxiliarlo.

Acaricio la cabeza del animal y puedo ver cómo me mira con sus ojos tristes y compasivos.

Puedo sentir su dolor, está muriendo. Camino hacia la gotera que hay a unos metros y con mis propias manos hago un cuenco para el agua, vuelvo hacia el lobo y le doy de beber agua fresca, este primero se niega pero luego accede y toma de mi mano.

—Tranquilo amigo estarás bien— susurro consolando al animal

—Gracias, pero no soy un amigo. Mi nombre es Mae— escucho decir en mi cabeza la voz del animal se oía cansada, y llena de dolor.

—Lo siento Mae— Me disculpo mientras estoy arrodillada frente a ella acariciándole su pelaje

—Puedes oírme —Se sorprende al saber que puedo entenderle, me mira curiosa apenas puede levantar su cabeza, le tranquilizo sonriéndole.
—Eres la chica...—hace una pausa para recuperar el aliento —La chica de la que Ezra nos habló.
No puedo responderle ya que un gruñido me sorprende tras de mí.

—Aléjate de ella —escucho decir, al voltearme encuentro un enorme lobo color negro mirándome desde una entrada de lo que parecía la cueva, su pelaje era largo y se veía bastante feroz

Retrocedo lentamente hasta que estoy a unos a una distancia prudente de Mae.

El lobo da pasos lentos hacia mí mientras gruñe y me enseña sus dientes creo que me atacaría pero entonces puedo ver entrar de Ezra, quien con solo mirarlo lo hace retroceder lejos de mí.

—Maldita humana —Gruñe lobo negro por lo bajo.

—Elena, ¿Cómo te encuentras?—pregunta Ezra llegando hasta mí.
Toma mis manos y apoya su frente con la mía. —Cuando te encontré, te veías tan... Rota.

—Estoy bien, tranquilo —Me olfatea, intentado corroborar que lo que decía era cierto.

—Tu corazón... —Intenta preocupado.

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⏰ Ostatnio Aktualizowane: May 01 ⏰

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