Capítulo 14

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Era una locura, no podía llamarse de otra forma y Anthony lo había dicho ya unas cuantas veces, pero al parecer a ninguno de los dos le importaba o simplemente estaban demasiado ocupados con otras cosas como para escucharle.

Después de lo ocurrido el día anterior, Sebastian se había mostrado más silencioso de lo normal, parecía perdido en sus pensamientos, en unos recuerdos en los que hacía mucho que no pensaba y por su mirada, por lo poco que lo conocía, Chris sabía que dolía mucho.

Emily le llamó al móvil, pero no contestó, también recibió una llamada de su padre, pero tampoco le contestó. No sabía que decirles, ni sabía si contarles la verdad, decirles lo que estaba haciendo, que se había enamorado de otra persona, de un hombre o si por el contrario, era mejor seguir con su falsa vida delante de ellos.

Demasiadas cosas en su cabeza ya le daban migrañas. Ya tenía bastante con la idea de que Vía era un muchacho, en cierta forma vivo, al que su padre tenía encerrado en algún sitio, que estaba sufriendo y que le estaba pidiendo ayuda a través de una voz en su cabeza.

Para colmo estaba la historia de Sebastian. Por lo poco que había dicho el hacker la noche anterior, VIA era mucho más peligroso de lo que jamás había pensado, el gobierno mentía sobre el uso que le daban y Sebastian había sido una de sus víctimas por medio de la tortura.

Por eso, Chris decidió tener su primera cita con él, aunque no fuera más que una pizza en el sofá y la primera película que encontraran en Netflix.

Con un poco de suerte, no llegarían a verla, porque lograría hacer hablar después de la primera cerveza.

- ¿No deberíamos estar planeando como llegar hasta Tom? -  Preguntó Sebastian mientras Chris lo arrastraba hasta el sofá. -  Además debo decir que me siento en una película de adolescentes. Has hecho que tus amigos nos dejen solos, les has pedido que vayan al cine como si fueran tus padres. ¿Has puesto un calcetín en la puerta para avisarles de que no pueden entrar todavía?

- Muy gracioso. -  Chris contestó con una pequeña burla pero le guiñó el ojo señalando a la mesa con las pizzas, las botellas de cerveza y el mando a distancia. -  Pero lo cierto es que no pretendo nada sexual contigo hoy.

- ¿Ah no? Vaya, yo pensaba que querías hacer algo más después de lo de anoche.

- Y quiero, claro que quiero. Pero antes... Se que no nos conocemos mucho, pero algo me dice... soy bueno leyendo las caras de la gente. La tuya me dice que tienes algo que te ronda en la mente, algo que te hace daño. -  Sebastian respiró con fuerza, desvió la mirada y apretó la mandíbula. -  Mira, no quiero que te sientas incómodo, tal vez aquí fuera nos conocemos desde hace poco, somos unos desconocidos en realidad. Pero sabes tan bien como yo que a través de VIA y nuestros encuentros, somos...

- No lo digas, es demasiado cursi.

Chris dio un par de pasos hacia Sebastian y le acarició la mejilla con la mejor sonrisa en sus labios.

- Vamos, lo hemos dicho muchas veces durante las sesiones. Tú mismo lo has dicho. Somos almas gemelas.

Sebastian bufó pero se echó a reír y como había hecho unas horas antes, sostuvo el rostro de Chris con ambas manos y le dio un beso.

- ¿Qué quieres saber?

- No quiero saber nada. Quiero que me digas lo que tu quieras.

Sebastian se sentó en el sofá y bebió un poco de cerveza.

- No hay mucho que contar en realidad. Se define en pocas palabras, soy hacker, lo soy desde los quince y cuando era un crío no era tan cuidadoso como ahora. Me cogieron haciendo una tontería, pero para ellos ya era un criminal terrible. Me encerraron, creo que entonces lo estaban probando todo y yo era, junto a otros chavales, su conejillo de indias. Probaron con nosotros diferentes tipos de nuevas torturas, legales, las llamaban ellos. Nada mortal, nada que después, si nos soltaban, ninguno de nosotros podríamos demostrar.

Una VIA para volver a encontrarteWhere stories live. Discover now