Capítulo 08

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El bosque de Sherwood no era más que un parque apartado de la ciudad lleno de graffitis. Algunos eran estrafalarios, otros abstractos, algunos dibujos, otros parecían fotos, pero todos tenían la conexión de él imaginario de Robin Hood.

- Pocos conocen la existencia de este sitio.

Sebastian no había hablado mucho en todo el viaje en moto hasta allí. Pese a lo mucho que le dolía todo el cuerpo, logró abrazarse a Chris.

Fue una sensación extraña después de todo lo que habían compartido ya. Por un lado estaban todos los recuerdos de sus experiencias compartidas con Benjamin, dentro de VÍA eran mucho más que dos amantes. Se sentía como almas gemelas.

Cuando eran Chris y Sebastian, eran dos desconocidos que al mirarse a los ojos veían recuerdos juntos pero al mismo tiempo lo desconocían todo sobre el otro.

Así que, sentir el abrazo de Sebastian era al mismo tiempo excitante y un poco incómodo, pero Chris no dijo nada y condujo la moto allí donde le fue diciendo el hacker.

- Mucha gente cree que es un sitio donde vienen los drogadictos y gente con problemas, cuando en realidad es un lugar de artistas callejeros y lleno de vida durante todo el día. - Continuó diciendo Sebastian en cuanto aparcaron la moto.

Chris no tuvo problemas en verlo así, el sitio, pese a que comenzaba a hacerse de noche estaba lleno de puestos ambulantes que vendían artesanía, poetas en medio del cesped y músicos que llenaban el sitio de sonidos casi incomprensibles.

- ¿Los conoces a todos?
- No se quien habrá venido hoy. Siempre es gente diferente, toda la cultura menos conocida de la ciudad, toda la que no ves en VIA, así que imagina el volumen de personas que se mueven por aquí.

Chris asintió y le siguió por los caminos entre los árboles. No tenía claro si aquello era un parque o un bosque que la ciudad se había, comido al crecer. Pero eso no era lo importante de su visita, así que no preguntó.

Sebastian se movía con seguridad, la misma seguridad que ocultaba la ansiedad que la visión de su hermano muerto había provocado.

Ser hacker lo convertía en un hombre valiente y que arriesgaba la vida, pero eso no significaba que no tuviera sentimientos y no le pudiera la tristeza de los recuerdos.

- ¿Les conoces en persona?

- ¿A quienes?

- A quienes vamos a ver, ya sabes Grantaire, Hunter y el bombero. - Chris casi se echó a reir. - Jamás pensé que llamaría a nadie por esos nombres.

- A Grantaire lo conocí en persona hace tiempo, digamos que es una especie de hermano mayor para todos nosotros. A veces parece que lo sabe todo sobre VIA; como si él mismo la hubiera creado, pero nos ha jugardo mil veces que no es cosa suya.

- ¿Y le crees?

- No tendría porque no hacerlo, le conozco mejor que a ti. - Los dos se detuvieron en seco cuando un grupo de música pasaron con tambores y guitarras. El último llevaba un cartel diciendo que estaban celebrando el día de la Tierra, festividad de la que ninguno de los había escuchado nunca, pero tampoco les importaba realmente. - Lo que pase en VIA no cuenta, sobretodo porque no lo recuerdo.

- Yo sí y se que no tiene porque importarte, pero se como me miras y me hablas dentro de VIA, e que confías en mi. 

Sebastian lo miró casi sin pestañear durante un eterno momento, parecía intentar entender sus palabras, pero se giró de nuevo y siguió caminando como si no hubiera escuchado nada o como si no le importara lo que acababa de decir.

Tras caminar un par de minutos más, un hombre delante de ellos levantó el brazo para llamar su atención. Aunque le acompañaban otros dos extraños, era el que menos destacaba. Era el más bajito, delgado, un poco de barba cubriéndole la mitad del rostro y dejando a al vista dos bonitos ojos azules.

Una VIA para volver a encontrarteWhere stories live. Discover now