Hoy tuve que salir temprano y no quise despertarte, volveré para el almuerzo, Is breá liom tú.


-¿Is breá liom tú? -pregunté al aire mientras leía esas palabras en gaélico-. ¿Qué querrá decir?
Me fijé en la hora, eran las ocho de la mañana, había dormido en horario de trabajo pero ya no me importaba; encendí el móvil y mientras éste se iniciaba acomodé la cama.
El móvil sonó y lo tomé para leer el mensaje, pero me agarró un ataque de asco al ver el remitente, era Jeff.
Tenía varias llamadas perdidas de él y un mensaje.


Por qué no has venido a trabajar? Ayer estaba ebrio, no quise lastimarte.


Borré el mensaje y salí de la habitación, debía llamar al rectorado para comunicar lo que había ocurrido o de lo contrario mi carrera estaba perdida.
Fuser roncaba muy complacido acostado en el sillón, cosa que él sabía que no debía hacer, me escuchó entrar al salón y se levantó a recibirme moviendo la cola; yo le acaricié la cabeza y puse la tetera al fuego mientras mi perro gimoteaba a mis pies.
-Ah, sí lo lamento ­­-dije y me fui hasta la puerta de vidrio para abrirla, en cuanto Fuser encontró un espacio lo suficientemente amplio para que pase, salió para hacer sus necesidades.
En cuanto salió marqué el número de la facultad y me comuniqué con departamento de alumnos, esperé a que me atendieran mientras preparaba mi desayuno.
-Departamento de alumnos -anunció una voz femenina del otro lado.
-Buenos días. Con Analía, por favor -pedí.
-Un momento, por favor -pidió y me puso en espera luego de unos segundos me volvieron a atender, pero esta vez una voz distinta.
-Pasantías -anunció la voz de Analía, la señora que se encargaba de las pasantías.
-Buenos días, Analía -saludé-. Le habla Annie Sucrette, soy una de las que consiguieron la pasantía.
-¡Ah sí, el quinto mejor promedio! -dijo Analía, yo tomé mi café y me senté-. ¿En qué puedo ayudarte?
Mi voz empezó a quebrarse pero me contuve.
-Sucede que... El Doctor Jefferson intentó abusar de mí -susurré.
-Sí lo sé, cariño, ¿tú estás bien? ¿No pasó a mayores? -preguntó, yo me quedé quieta.
-¿Cómo lo sabe? -pregunté.
-Tu prometido estuvo aquí hace unas horas -dijo Analía-. Vino con la denuncia en mano y le dimos indicaciones.
-¿Kentin? -pregunté-. ¿Él fue a verlos?
-Sí, vino a preguntarnos como proceder en este caso -continuó Analía desde el otro lado de la línea-. Le dijimos que con la denuncia ya bastaba para hacer una investigación, pero el tema es la pasantía.
-De eso justamente quería hablar -dije mientras jugaba con una galleta Príncipe en mis manos.
-Se lo expliqué a tu prometido pero no me cuesta nada explicártelo a ti también -dijo Analía-. Bueno, como éste es un caso excepcional... Sugiero que esperes unos días para que se haga una reunión directiva y ver cómo solucionar esto. Tus notas son buenas, y los informes diarios que nos mandaba el Doctor siempre hablaron muy bien de ti, es más... Hasta hiciste horas extra gratis.
-¿Hay posibilidades entonces que me gradúe? -pregunté, esperanzada, Analía suspiró.
-Voy a serte sincera... Todo depende de lo que determine la junta -explicó la mujer-. En el peor de los casos deberás completar tu pasantía en otra firma, tú tienes la mitad completada, te faltarían otros tres meses más.
-¿Y cuándo convocarían a la junta? -pregunté.
-Pasado mañana, a más tardar -me indicó Analía-. Esto es algo grave, tu integridad física estuvo en peligro y la facultad quiere ponerse a salvo, estate atenta que en cualquier momento te llamaremos.
-Bien, muchas gracias -dije con una sonrisa.
-¿Algo más en lo que pueda serte de ayuda? -preguntó Analía-. ¿Necesitas hablar con la psicóloga de la facultad?
-No, no, está bien así, muchas gracias -dije, me despedí y colgué, sorbí mi café mientras pensaba-. Kentin...

Fui al supermercado a hacer las compras, había invitado a Gaeil y a Helena a comer, invitación que fue aceptada con gusto. Mientras volvía de las compras me crucé con Melody que estaba paseando a un caniche que parecía salido de la peluquería, tenía pompones hechos con su pelo y caminaba con una delicadeza tremenda.
-¡Hola, Annie! -saludó Melody, al parecer desde que la amenacé con delatarla ahora se comportaba mejor conmigo.
-Hola, Melody -saludé sin ganas, iba cargada con bolsas-. Qué hermoso perro.
-Se llama Grace Kelly -dijo ella con una sonrisa-. Justo salimos de la peluquería.
-Ah, mira -obsevé, no podía haberle puesto ese nombre al perro...
-Oye, Annie, ¿está Nathaniel en el loft? -preguntó mientras me acompañaba unos metros.
-No, está en la universidad, él tiene turno a la mañana -respondí mientras continuaba cargando las bolsas.
-Ah, bueno... Oye... -susurró.
-¿Dime? -pregunté, Melody ya me estaba cansando.
-¿No notaste a Nathaniel un poco raro estos días? -preguntó, yo me quedé en silencio unos segundos.
-La verdad no, aunque sí más concentrado en sus estudios que nunca -respondí, Melody se quedó callada hasta que llegamos al loft.
-Bueno, voy a dejar a Grace Kelly en la fraternidad e iré a verlo a la facultad -dijo con una sonrisa-. ¡Nos vemos, Annie!
-Adiós -dije mientras me despedía, con cuidado abrí la puerta y subí para preparar la comida.
Mientras subía por el ascensor pensaba en lo que había dicho Melody, en su comportamiento y en su actitud, ella no era así, algo le sucedía.
Subí de regreso al loft y empecé a cocinar, no tenía ganas de pensar mucho así que simplemente hice pizzas.
Cerca de las doce llegaron Gaeil y Helena para venir a comer, traían cervezas y dos botellas grandes de Sprite.
-¡Hola, Annie! -exclamó Helena cuando entró al loft, hoy estaba particularmente bonita con unos capris verdes y una blusa blanca.
-¿Qué tal va todo, cuñada? -preguntó Gaeil, yo los abracé a ambos y Fuser empezó a lloriquear, mi cuñado miró a mi perro-. ¿Puedo saludarlo?
-Claro, no es malo pero sí muy torpe -dije con una sonrisa, acompañé a Gaeil a las puertas de vidrio y se las abrí con cuidado, él salió y al instante Fuser le andaba saltando para lamerlo atrás de la oreja.
Helena se rio al ver a su novio así.
-¿Sabés? Gaeil hace mucho tiempo tuvo un pitbull muy parecido a este -me contó Helena mientras veía como Gaeil jugaba con mi perro-. Se llamaba Tayson, pero una noche lo robaron de su casa y lo encontró muchos días después, muerto de hambre, magullado por las peleas clandestinas, el perro murió pocos días después.
Yo miré a Gaeil con pena, podía entenderlo, Fuser era mi vida y no sabría que hacer sin él, fue mi compañero en muchos momentos, mi bote salvavidas.
-Hey... Helena -susurré, ella me miró con sus hermosos ojos-. ¿Por qué no le regalas un pitbull a Gaeil?
A Helena se le iluminó la cara, y sonrió con alegría, al parecer le había gustado la idea.
Kentin y el resto de los chicos llegaron al loft para la hora del almuerzo; al verse, los hermanos se unieron en un profundo abrazo mientras se reían entre ellos.
La comida estuvo animada, todos reíamos y Gaeil hacía muchos chistes para divertirnos mientras comíamos.
Cerca de las tres pm Gaeil y Helena se despidieron de nosotros y se retiraron, Kentin me ayudó a lavar los platos y acomodar todo en su lugar.
-¿Por qué invitaste a mi hermano? -preguntó Kentin con una sonrisa.
-Lo quiero mucho, es un gran chico -respondí mientras limpiaba todo, Kentin sonrió aún más.
-Qué bueno que te lleves bien con él, mi hermano también te quiere mucho -dijo sonriendo, guardé el último plato y me fui a mi habitación, estaba muy afectada por lo que había sucedido con Jeff y me preocupaba mi pasantía, no podía esperar a ver qué decisión tomaban los de la junta.
Me senté en la cama mientras tomaba mi laptop y revisaba mis e-mails, Kentin entró con cara de preocupado.
-¿Estás bien, linda? -preguntó, yo le sonreí forzadamente-. ¿Te gustaría jugar un juego?
Yo lo miré extrañada.
-¿Acaso es algo Saw? -pregunté divertida.
-You wanna play little a game? -preguntó con voz gruesa y cruel, no pude evitar reírme-. No, no, nada sanguinario.
-¿Qué juego tienes en mente? -pregunté.
-¿Qué tal un Mortal Kombat? -preguntó Kentin, yo lancé una carcajada.
-¿Eso no es sanguinario? -pregunté mientras me reía.
-No cuenta, no hay contacto físico real -rio él también.
Me levanté de la cama y lo acompañé hasta el comedor, Kentin conectó la PS3.
-Te aviso que Armin estuvo entrenándome -advirtió con una sonrisa, yo me reí.
-Pues entonces puedo decir que te hizo puré -dije, la verdad no tenía ganas de jugar pero Kentin estaba siendo muy amable conmigo y no quería ofenderlo.
-No me subestimes, muñeca -dijo con una media sonrisa sádica.
Kentin tomó un mando y me pasó el otro a mí, yo me reí.
-Ya estás haciendo trampa -le dije mientras le mostraba el mando-. Eres el player 1.
-Siempre soy el player 1 -rio mi prometido, empezamos a seleccionar los personajes y él se eligió a Scorpion.
-¡No se vale! ¡Yo siempre soy Scorpion! -le dije, él me sacó la lengua, inflé los cachetes y me contenté entonces con Subzero-. Te voy a hacer puré.
-Ya lo veremos -dijo Kentin.
Las piñas y la sangre virtual volaban de nuestros personajes, terminábamos un round y empezábamos otro, a la hora ya nos había cansado.
Mi prometido estaba jugando mejor que antes, sin dudas Armin lo había entrenado bien.
-Último round, todo o nada -dijo Kentin-. Si yo gano, deberás venir conmigo a correr esta noche.
-Hecho, pero si yo gano deberás hacerme un streap -le dije.
-¡No es justo! ¡Yo no te pedí nada sexual! -exclamó, yo me reí, él frunció el ceño y se preparó para la batalla-. Prepárate para transpirar la gota gorda.
-Y tú para prepararme un baile bien sensualón -me burlé, la lucha empezó y empezamos a hacer combos, estuvo bastante pareja pero finalmente Kentin ganó.
Se levantó con aires de campeón mientras yo me cruzaba de brazos, se rio con ganas.
-Get over here! -Exclamó mientras se lanzaba sobre mí y empezó a hacerme cosquillas, yo no podía parar de reírme, era muy cosquillosa.
Cuando finalmente Kentin se detuvo me di cuenta que había llorado de la risa, mi prometido me miró dulcemente con sus ojos de esmeralda.
-Me encanta verte reír -dijo mientras me besaba en los labios.


Cerca de las siete de la tarde Kentin y yo nos vestidos deportivamente y salimos con Fuser a correr por el parque central; mucha gente había salido para disfrutar de una noche calurosa, a los diez minutos Fuser ya estaba con la lengua afuera.
-Tengo que entrenar a este perro -observó Kentin mientras lo miraba jadear a mi perro con los brazos como jarras, yo también estaba jadeando, me miró de reojo a mí también-. Y tú también necesitas entrenamiento.
No podía hablar, Kentin me había obligado a correr, no trotar; nos acercamos a los aparatos de gimnasia y atamos a Fuser para que descanse un poco.
-Empieza a hacer abdominales oblicuos mientras yo le doy agua al lechón este -dijo, yo obedecí y empecé a entrenarme, desde el instituto que no hacía abdominales, recordé al Señor Boris, un entusiasta con el ejercicio. Kentin iba dándome órdenes a la par que él se entrenaba también y Fuser descansaba tirado en el césped.
Regresamos cerca del horario de la cena, los chicos habían pedido pizza, aproveché para bañarme y sacarme la ropa sucia; estaba haciendo calor, me puse una musculosa negra holgada con el super honguito de Mario Bros y unos shorts blancos.
-Ya llegó la pizza -anunció Alexy mientras traía las cajas con él-. Annie, ¿le puedes decir a mi hermano que ya está la comida?
-Sí, ahora voy -dije, me dirigí al cuarto de los gemelos y toqué la puerta, pero no me respondieron así que entré-. Armin, ya está la pizza.
El cuarto de los gemelos estaba a oscuras, bien acomodado del lado de Alexy y un desastre en el lado de Armin, había posters de Hatsune Miku, Hellsing, videojuegos y bandas de pop por todos lados de la pared; Armin estaba en su computadora, encendí la luz y entonces Armin se volteó.
-¡¡Annie!! -exclamó asustado y rojo de la vergüenza-. ¿Qué estás haciendo? ¡No pases, no te acerques!
-¿Qué estás haciendo? -pregunté divertida, entonces entendí y puse boca de gato-. Estás viendo hentai, ¿no? ¡Eres un pervertido!
-¡No, no, no, no! ¡No estoy viendo hentai pero no te acerques, en serio!-Exclamó Armin, yo no le hice caso y me acerqué el tapó la pantalla entera con su cuerpo.
-¡Ay, no seas tonto! Yo también veo hentai -dije divertida-. ¿Cuál estás viendo? Tengo algunos muy buenos para recomendarte, sólo dime el género.
Lo aparté de la pantalla pero entonces me quedé dura cuando vi que Armin no estaba viendo hentai sino que estaba jugando al Battlefield, eso no era lo raro sino que estaba conectado a una videollamada en Skype y un grupo de chicos estaban a los gritos, claramente excitados por verme aparecer en ropa ligera y por haberme escuchado que me gustaba el hentai. Yo me quedé dura mientras veía a ese loco gritar y saltar en su silla, Armin me miró de reojo.
-Te dije que no te acercaras -me susurró, se acercó al micrófono-¡Hey chicos, basta!
Yo seguía en estado de shock mientras las caras que hacían los compañeros de campaña de Armin eran muy particulares. Mi amigo no podía más de la risa de ver mi cara.
-Sientate, Annie y saluda -dijo Armin, yo me senté en la silla.
-Ehhh... Hola -saludé tímidamente.
-Ella es mi amiga -dijo Armin mientras hacía la "V" con los dedos-. Y vive conmigo.
-¡¿Vive contigo?! Armin, hijo de puta, me la tenías bien escondida, cabrón -exclamó uno de los chicos. Un muchacho bastante entrado en carnes y con granos en la cara.

-Te muestro la salchicha si me enseñas las ubres -dijo otro, uno tan flaco que parecía un adicto al crack.
Yo me puse colorada de repente, pero Armin salió a mi auxilio.
-No chicos. Tiene novio y es capaz de matarlos -advirtió Armin divertido-. Ya llegó la pizza, ¿me esperan y luego seguimos?
-Guárdame unos trozos -dijo otro de los muchachos, parecía un prepuber por la cara tan infantil que tenía. Yo me levanté y fuimos hacia la sala mientras Armin no paraba de reírse, Kentin lo miró y frunció el ceño.
-¿Qué sucede? - nos preguntó.
-¡Nada! -exclamamos los dos al mismo tiempo.
La cena transcurrió sin problemas excepto por un llamado de Gaeil a Kentin en medio de la comida.
-Hermano -dijo mi prometido en medio de una sonrisa, escuchó a Gaeil atentamente-. Sea, tá sé anseo, Cad é?
Yo lo miré mientras hablaba con Gaeil en gaélico, Armin tenía un pedazo de pizza en cada mano y Alexy lo retaba de que coma bien; Kentin continuó hablando por unos minutos más hasta que finalmente cortó y se sentó a comer.
-¿Qué quería Gaeil? -preguntó Nathaniel.
-Tengo que ir al pueblo, esta noche parto -dijo Kentin, yo lo miré.
-Tu abuela, ¿no? -pregunté.
-Algo así.
-Y, ¿cuándo regresarás? -preguntó Lysandro.
-Lo más pronto posible, aún no lo sé -dijo, estaba serio, terminamos de comer y Kentin se fue a nuestra habitación a preparar el bolso.
-¿Hay problemas que vaya contigo? -pregunté, no quería tenerlo lejos, él me miró.
-La verdad es que Gaeil se te adelantó y me pidió que no te traiga -me respondió-. Es algo de la familia.
-Está bien...
-No te preocupes, volveré lo antes posible -dijo Kentin y me besó en los labios; tomó un par de mudas de ropa y lo acompañé hasta la puerta.
-Cuídate mucho, ¿sí? -le rogué mientras me abrazaba a mí misma.
-Claro, hermosa, te mantendré al tanto -dijo, me dio un beso de despedida y cruzó el umbral de la puerta mientras cerraba la puerta tras él.


Corazón de Melón con Chocolate (libro #3)Where stories live. Discover now