𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 ⁴⁴𝐼𝑟𝑎

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[Canción de Capítulo: Nathan Wagner- Innocence]

Llévame al jardín donde iríamos.

Y limpia mi alma. 

Libérame de esta ira que tengo.

Y has que sane por completo.

 Escucha a la luz.

No dejes que la oscuridad te llevé. 

Cuando desperté estaba tirada en el gimnasio

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Cuando desperté estaba tirada en el gimnasio.

Me dolía la cabeza y estaba un tanto mareada, bien aun así recordaba cada parte de lo que soñé, sabía la verdad, cada cosa que pasó esa noche había vuelto a mi memoria.

Los recordé, rememoré cada uno de los escenarios que me hicieron pasar hasta que mis ojos se cerraron por Última vez.

Aquella amnesia que me mantuvo ignorante por tres décadas se había evaporado.

El sentimiento era raro, estar de pie ahí era sumamente extraño. Mi cuerpo se sentía liviano, como si las cadenas con las que conviví se rompieron, era libre, y yo lo sabía.

Pero a la misma vez que me sentía liberada, había una parte de mi alma que luchaba por disiparse, quizás esa parte me decía que todavía me quedaba hacer algo antes de irme.

La última cadena que me quedaba por romper.

Los gruñidos de mis amigos me hicieron volearme, ahí estaban, junto a mí. Con la misma expresión en sus rostros; Pudimos recuperar la última pieza de nuestro rompecabezas. Estábamos completos.

Esa parte que nos destrozaba, que nos hizo temer durante años, que nos hacía sentir dolor. Pero que tarde o temprano queríamos tener devuelta.

Los recuerdos más dolorosos son los que te hacen seguir adelante, los que te hacen madurar.

—¡Nos queda poco tiempo, vamos! —grité de inmediato.

Mire el reloj en la pared, necesitábamos ayudarlos, necesitábamos irnos, cada vez quedaba menos.

—¡tenemos que ayudarlos!

Estuvimos inconscientes mucho tiempo.

Mi fuerza por alguna razón se había incrementado, mis movimientos eran más ágiles, todo se me hacía más fácil. Me levanté tan rápido como pude seguida por los demás. Atravesamos la puerta del gimnasio, mire a mi alrededor todo estaba en silencio.

Leo y Lizzie deben haber despertado al igual que nosotros.

Ni siquiera tuvieron que pasar minutos para que me diera cuenta del rastro de sangre que cada vez era más visible. Un terror me recorrió por completo, el peor pensamiento y escenario pasaron por mi mente.

𝐈𝐧𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚𝐝𝐨 𝐀𝐢𝐠𝐧𝐞𝐫 ▪︎ZМесто, где живут истории. Откройте их для себя