Una trágica y macabra historia persigue al Internado Aigner desde el año de 1990. Fueron los homicidios de cuatro estudiantes y las desapariciones de dos de ellos, que marcaron una generación.
Sus cuerpos aparecieron esparcidos por los alrededores d...
[Canción de Capítulo: The band Perry, if I die Young]
Si me muero joven, sepúltenme envuelta en satén.
Pónganme en un lecho de rosas.
Envíenme río abajo al amanecer.
Envíenme lejos con palabras de una canción de amor.
Señor conviérteme en un arcoiris, brillaré sobre mi madre.
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"13 de Marzo, Año 1990, Aniversario Internado Aigner"
-Necesito contarte algo...-Dijo Valery haciendo que su novio se pusiera nervioso.
Leo estaba sumamente extrañado con la actitud de su novia, hace días que estaba comportándose de esa manera. Estaba esquiva, pensativa y muy preocupada. Leo tenía miedo de que Valery terminara su relación con él.
Eso realmente lo aterraba.
La música resonaba demasiado fuerte, todos los estudiantes bailaban a su alrededor. Las mesas estaban repletas de comida y la gran fuente de ponche que cada vez se acababa más rápido. Valery y Leo bailaban de manera suave y bastante romántica.
-¿es muy importante? - respondió tratando de sonar desinteresado.
A la chica italiana le había costado llegar a esta situación, tomar fuerzas para ser capaz de contarle su secreto, pero ya no quería ocultarlo más, Leo tenía derecho de saberlo. Además, por los constantes consejos de Carol y Lizzie, quienes le habían apoyado en todo, le habían dado motivación.
Era la noche perfecta para decirle que iba a ser padre.
-muy- enfatizó esa palabra causando más miedo a el italiano.
-¿por qué no me lo dices ahora? - Leo no iba a ser capaz de aguantar más.
Quería saberlo ahora, Leo nunca ha sido bueno esperando.
-no puedo con tanta gente es muy privado. Cuando empiece el toque de queda nos juntamos a las afueras del Gimnasio y te lo cuento- él asintió, sin más con que reclamar.
Valery planeaba decirse que estaba embarazada, y estaba más que segura que la reacción del chico no iba a ser de mala forma, Leo siempre ha querido a ser padre. Aunque bien si la rubia se lo ponía a pensar, cosa que le ponía muy nerviosa es que ambos todavía eran adolescentes y no tenía idea cómo sus padres iban a reaccionar.
Sí que le asustaba.
-entonces en el gimnasio- asintió el chico repetidas veces.
El ambiente en el gimnasio era armonioso y cálido, nada que los pusiera nerviosos o atentos. Todo tan normal como en cada año que han estado en el Internado, como absolutamente cada Aniversario.
