Capítulo 32: "El final de una vida perfecta"

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-¡Rafael!- fue lo primero que grite al verlo acorralado por Asrafil.

Este me miro por un segundo sorprendido y por un momento con alegría y luego angustia.

Maldita explosión de emociones.

Miguel fue más rápido que yo y lanzó un cuchillo bendito al brazo de Asrafil el cual se sorprendió lo suficiente para que Rafael consiguiese tiempo de patear el brazo herido y correr hacia nosotros.

-¿Qué rayos?- preguntó al vernos.

-Después te explica tu novia que fui su primer…-

-¡Primer vuelo!- me apresuré a completar.

Rafael nos miró con el ceño fruncido.

Afortunadamente y al mismo tiempo no, dos esqueletos nos atacaron. La pelea vuelve a comenzar.

Nos separamos rápidamente y estuve matando a unos cuantos esqueletos, unas bestias se me acercaron y con mis tentáculos raramente me resultaba fácil convertirlos en ceniza.

-Es raro- dijo Ariel la cual estaba irreconocible, sucia, despelucada y su ropa estaba completamente dañada.

¿Cuántas horas habían pasado desde que me fui?

-¿Qué estén muriendo fácil?- pregunté y ella asintió.

-¿Se están debilitante?- preguntó dudando.

-No lo creo- aseguré y juntamos nuestras espaldas para tener una mejor vista de que nos rodeaba.

-Espero salir de esta con una inmortalidad por delante- comentó Ariel revolviendo su cabello. Respiré profundo, estaba cansada y estaba segura que ella también.

-¿Y Caín?-

-No lo he visto desde hace unas cuantas horas-

La tierra comenzó a temblar y los esqueletos empezaban  a desaparecer.

-¿Qué?- vi a Zophiel confundido desde el otro lado del domo con la espada en sus manos.

Rafael y Miguel estaban en el centro, este último arrodillado, no alcanzaba a ver qué estaba haciendo ya que me estaba dando la espalda.

-¡¿Cómo se atreven a invocar a ángeles en mi túnel?!- gritó Caín llegando al domo con un bata de pijama, como si fuese un millonario acabándose de levantar.

Una onda de luz muy familia ya se expandió y apareció el primer ángel que me provocaba escalofríos de los malos, su cabello negro y ojos claros electrizantes.

Todos se quedaron paralizados, por un momento creí ver en su reflejo como si fuese mi vista.

“De repente me encontraba mirando un techo de madera y alguien me tomaba de la mano, estaba acostada y me dieron un beso en la mejilla, era raro pero reconocía ese beso, era de Rafael.

-Es hora de dejar que Lilith haga su propia existencia- susurró a mi oído, parecía agotado pero aun así no dejaba de hablarme en ese tono tierno.

-Gracias por ayudarnos siempre- dije sin controlar mi voz, es como si alguien manejara mi boca pero aún si fuese yo. Estaba segura que no me dirigía a Rafael –Por favor, intenta ser buena con el mundo- reí sabiendo que era imposible, ella solo había sido buena toda mi inmortalidad porque yo lo había exigido –Aunque sea mantén a Caín alejado de los humanos- sentí mi sangre congelándose, eso solo pasaba cuando estaba de acuerdo conmigo.

-Ella estará bien… quiero decir, el mundo…”

La visión acabo trayéndome a la batalla de nuevo a tiempo para esquivar a Caín con un puño casi en mi cara.

Cielo Ardiente [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora