Capítulo 27

6.5K 295 10
                                    

Un vacío completamente oscuro.

-¿Eliza?- preguntó una voz a mí alrededor como un eco.

Quería contestar pero mis labios parecían pegados y mi lengua pesada como concreto.

-¿Que le ha pasado?- otra voz entre preocupada y enfadada pero esta vez masculina.

-No lo sé, ha sido muy extraño, estaba entrenando como lo ha estado haciendo y de repente mientras corría se detuvo de golpe y quedó paralizada y luego se desmoronó. Se dio un buen golpe en la caída, no la alcancé a coger- respondió Ariel y como si fuera una brisa brusca de repente recordé.

Había estado corriendo en la mañana, no porque necesitará entrenar dicha habilidad, ya sentía como la dominaba, sino porque me relajaba, era refrescante saber que en cierto sentido eras más veloz que todo lo que te rodea.

Cuando Caín entró a la arena como lo hacía normalmente para asegurarse que estuviera desarrollando mi poder, una ola de imágenes azotó mi mente como un látigo ahogándome y me detuve de golpe, como si me hubiese estrellado con un muro y mi cabeza empezó a adquirir un dolor como si me pegaran con martillos, pero estaba que mi cara no mostraba mi reacción porque me alguna forma estaba paralizada.

Vi como Caín salía de la arena con una sonrisa en su rostro.

No aguantaba más, mi cuerpo pesaba como un camión y mis piernas estaban debilitadas por mi cabeza dando vueltas y siendo golpeadas, así que simplemente me dejé llevar y caí.

Desde eso recuerdo haber soñado, pero como los sueños que tengo últimamente, reales, recuerdos que Nilo me dijo que habían sido oprimidos en mi por Caín. Pero era imposible, no podía creerlo.

-Lo sabias ¿no?- pregunté con los ojos aún cerrados, no sé cómo podría saberlo y no decirlo, pero tenía mis dudas -Rafael, te estoy hablando- añadí abriendo mis ojos en incorporándome en la arena.

Ariel estaba arrodillada a mi lado y Rafael de pie al frente mío.

Rafael agachó la cabeza.

-¿Nunca me dijiste? -pregunté herida, había tanto dolor y decepción en mí que no había espacio para el enojo.

-No tengo recuerdos- dijo aún con la cabeza abajo.

-¿Qué quieres decir?- pregunté confundida.

-No recuerdo lo que paso, pero sí sé que paso- dijo pero al ver mi cara de confusión prosiguió -Miguel cuando nos secuestró me dijo que pensaba que te había alejado de mí para siempre, pero no fue así, también me dijo que debí irme cuando él me lo permitió pero yo me resistí y tuvo que tomar una decisión, la de quitarme parte de mis recuerdos- suspiro -Me di cuenta que contigo había pasado lo mismo, pues no me habías reconocido cuando caí-

Me paré evitando su mirada y ahora por alguna razón me sentía más fuerte que antes de desmayarme, una versión mejor que la anterior.

Me dirigí al estudio de Caín ignorando a quienes dejaba atrás en la arena.

-¿A dónde vas?- preguntó Zophiel cuando pasaba por el comedor. No tenía fuerzas para contestarle así que seguí mi camino.

Rafael no sabía que nos habíamos conocido en el pasado y yo tampoco tenía memoria de ese hecho, y aunque hace poco estaba dolida por Rafael ahora lo que mis emociones dictaban era un odio que estaba segura que no podría incrementar más hacia Caín.

-Elizabeth te estoy hablando- dijo el caído con una voz autoritaria.

Iba a explotar, estaba segura, pero en el momento en que lo vaya a hacer quiero estar cerca de Caín para que él se vea afectado.

Zophiel me tomó del brazo y me aplastó contra la pared de la cueva impidiendo moverme.

-Eliza, cariño ¿Qué te paso?- preguntó preocupado y entonces exploté, pero no como pensaba, toda la ira, se convirtió en llanto. Zophiel me abrazó inmediatamente y mi rostro se ocultó en su cuello queriendo borrar todo rastro de lágrimas cargadas de enojo.

-Él hizo peor que engañarme, él me borró parte de mis recuerdos, y ahora ni siquiera Rafael recuerda lo que vivimos, no es un engaño lo que estoy viviendo pero hace mucho pudo haber pasado esto, hace mucho pude estar con Rafael, pero Caín me alejó de él- sollocé.

El caído comprendiendo la situación me abrazó más fuerte y me dio un beso en la punta de la cabeza tratando de que me calmara.

-Nunca he tenido un padre, ni siquiera antes de que muriera como humano, él nunca me quiso, y ahora el odio es mutuo- tartamudeé sin parar.

-Te equivocas- me separó de si un poco para poder que lo quedara viendo a la cara -En el momento en que te vi entrar por la puerta de mi cafetería, has tenido un padre no biológico pero que te quiere como si fueras su hija de sangre- dijo y sin contenerme le sonreí, no me había dado cuenta hasta que lo pronuncia que siempre he esperado que me diga esas palabras, siempre he buscado que este orgulloso de mí.

[...]

Entré por la puerta de mi cuarto de la mano de Zophiel, estaba feliz por sus palabras, siempre quise presumir del orgullo paternal, ya que en mi vida sólo he tenido el maternal, que por cierto, ya está muerto al igual que mi madre, Sophie.

-¿Dónde rayos has estado, Elizabeth?- un grito de preocupación proveniente de Rafael fue mi saludo.

Lo miré un segundo, tratando de recordar algo, pero en mi mente estaba en blanco, al parecer sólo mis recuerdos venían a través de sueños.

-Zophiel evitó que cometiera un estupidez- dije pero Rafael aún estaba preocupado -De dar la cara e intentar de matar a Caín- me encogí de hombros.

Rafael con un tormenta en sus ojos camino rápido hacía mí y haciendo que me desprendiera de la mano de Zophiel me atrajo hacia si primero en un abrazo y luego en un ligero roce de labios, ya que Zophiel estaba ahí y a Rafael no le gustaba el público.

-No vuelvas a hacer eso, temía por ti- dijo casi suplicante.

-Me voy, estén listos para mañana, nos largaremos de este infierno- dijo Zophiel antes de irse.

Rafael seguía sumergido en  abrazo y no tengo ni la más mínima idea si siquiera le prestó atención a Zophiel.

Me duele no recordar, pero aunque sea sin la memoria de lo que había pasado, el sentimiento era igual de intenso y hermoso. Él me encantaba.

Me senté en la cama y me talle los ojos sabiendo que estaban hinchados por mi llanto.

-¿Sabes? A mí también me duele no recordar- dijo a mi lado.

-A mí no me duele eso- suspire -Me duele que aunque sea yo estoy recordando poco a poco entre mis sueños, pero tu ni siquiera eso, no quiero recordar cuando tú no puedes-

-Podría ser mejor así, tú me contarás todo y conoceré nuestros momentos en  pasado desde tu punto de vista, así podré saber lo que sentiste, y créeme que me enamoraré más de ti- dijo mientras me acariciaba la mejilla.

Sonreí, y empecé a contarle sobre la primera vez que nos conocimos, la real.

Cielo Ardiente [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora