—Si soy tu hermano entonces dime onii-chan.

Por fin llegó el bus, y justo a tiempo para evitar que golpee a mi amigo por las ocurrencias que decía. Nos subimos, pagamos el boleto y nos sentamos al fondo del vehículo. Durante el viaje, Armin me contó acerca de los muchos juegos que pensaba comprarse, los mangas y DVD'S que deseaba, llevaba ahorrando mucho para esa exposición que sólo venía a la ciudad una vez al año, pero desgraciadamente nuestro pequeño pueblo aún no era tan importante como para ser sede de ese encuentro, por eso debíamos hacer un viaje de cuarenta y cinco minutos para ir a la ciudad vecina y luego tomar otro bus para ir al centro de convenciones donde se iba a desarrollar el "Animate Expo 2014". No eran ni las nueve de la mañana y ya había bastante gente haciendo fila. Pude observar que muchos de los participantes ya estaban cosplayados, otros iban vestidos "de civil", mientras que algunos llevaban paquetes con extrañas figuras, seguramente eran accesorios y armas que complementaban su disfraz.

Armin y yo nos pusimos en la fila y esperamos a que abran las puertas. Estábamos a los rayos del Sol, en pleno verano del hemisferio Sur, y nadie de la organización había tomado en cuenta ese detalle porque, de ser así, habrían armado alguna estructura que nos dé sombra. Afortunadamente había traído mi paraguas y una botella de agua mineral, así que pudimos encontrar un pequeño alivio a la inclemencia del calor. Finalmente a las once de la mañana se abrió la exposición y todos entramos. No hizo falta ni comprar las entradas pues Armin las había comprado de manera anticipada, ahorrándose una buena cantidad de dinero que iría a parar en las manos de algún vendedor.

—Lo que primero vamos a hacer es ir a ver los mangas —me gritó Armin sobre el barullo de la gente y la música. Pese a ser un lugar enorme y espacioso la cantidad de gente que había reunido esta exposición era mucha—. Eso se agota muy rápido y hay que regatear los precios, luego iremos por los videojuegos.

Era un mar de gente y tenía miedo de perderme así que me aferré a la mano de mi amigo. Al sentir el contacto de mi mano en la suya, Armin se giró y me sonrió con ganas.

—Ahora que nos vea Kentin, ¿qué excusa le vas a dar?

—Cállate y camina —le advertí.

Resultó ser que mi amigo había estado ahorrando los últimos seis meses para esa convención, terminó de completar su colección de Zetman y Elfen Lied, compró unos tomos de Bleach y One Piece y estuvo un buen rato regateando el precio a pagar por la colección completa, hasta el momento, de Detective Conan; Armin salió cargado de bolsas y cajas y muy contento.

—Lo único que Detective Conan aún está en edición. Me voy a hacer viejo antes de poder leer el final... —suspiró mientras lo ayudaba con un par de bolsas.

—¿Aún te queda dinero después de todo lo que compraste? —pregunté mientras miraba cómo guardaba todo lo que había comprado en el casillero que había alquilado. Ningunos idiotas los de la organización del evento: Que falten sombras para los de la fila, total sólo se iban a calcinar un rato, pero que no falten lockers para que los que asistan puedan guardar sus compras y así poder comprar más sin que se cansen de andar cargándolas de aquí para allá.

—Te sorprenderías al saber todo lo que ahorré —respondió. Ahora con los dos brazos libres podíamos continuar el recorrido y dirigirnos hacia la sección de videojuegos y electrónica. Pasamos por un stand y me paré en seco con los ojos como platos pues había visto algo que toda mi vida quise y que jamás había conseguido: El medallón musical de Sailor Moon. Mis babas se caían al ver aquél hermoso objeto, producto original de Bandai y directamente de Japón, quizás... podía darme un gustito.

—Disculpe, ¿cuánto cuesta? —le pregunté al tipo que estaba atendiendo.

—$2.000 —me respondió. ¡Qué! ¡Era demasiado! ¡Incluso para alguien como yo, que amaba Sailor Moon con el alma era una locura pagar tanto por esa cosa! Suspiré derrotada, pero vi que Armin sacó su billetera.

Corazón de Melón con Chocolate (libro #3)Место, где живут истории. Откройте их для себя