21.

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La chica llegó finalmente a su destino, le pagó al taxista y se bajó del auto. Intentó caminar hasta la puerta de su casa sin tropezar, lo logró, sacó las llaves de su mochila y abrió la puerta.

Entró a su casa, seguido de eso cerró la puerta y soltó un suspiro.

— ¿Quién es? –oyó la voz de su nana acercarse al lugar–. ¿Sunhye? –dijo al verla, estaba realmente sorprendida–.

— Hola –la castaña levantó un poco la mano–.

— ¿Qué te pasó? –dijo la mayor, acercándose a la castaña–. ¿Qué es esto? –tocó el cabello de la chica, el cual estaba pegajoso por el huevo–. Sunhye, ¿Otra vez no te bañaste? Tu cabello está todo grasiento, vé a bañarte.

¿No haberme bañado? Pero que estaba pensado esta señora, hasta tenía harina y era imposible no darse cuenta de ello. Pensó Sunhye y rió ante el comentario de la mayor, realmente prefería que creyera eso, a decirle la verdad.

— Bien, entonces iré a darme un baño –dijo riendo–.

— Si, apestas –dijo ella pasando su mano por enfrente de su nariz–.

Sunhye rió por última vez, vió como la mayor se alejó y con un poco de dolor, comenzó a subir las escaleras, para dirigirse a su habitación.

La chica, al llegar a su habitación, tomó su toalla la cual se encontraba en su armario y ropa interior, seguidamente se dirigió al baño que había en dicho lugar.

Luego de un rato terminó de ducharse, al secarse se dió cuenta, de que en sus brazos y en sus piernas, comenzaban a salir moretones, aunque se lo esperaba, la pelirroja y sus amigas le habían pegado realmente fuerte.

— Estas cosas se irán en unos días –dijo ella para si misma, riendo un poco–.

Se colocó su ropa interior, luego se puso la bata que estaba en su baño y finalmente, secó su cabello, estuvo más de treinta minutos intentando quitar todo el huevo y el resto de harina mientras se duchaba, hasta que lo logró.

Finalmente terminó y aún en bata, se dirigió a la cocina, para comer algo.

— Tengo hambre ¿Qué hay de comer? –comentó a su nana, mientras abría el refrigerador–.

— ¿Quieres que te haga fruta picada? –preguntó la mayor–.

— ¿Tutti Frutti? –dijo la castaña sonriendo para la mujer mayor–.

— Está bien, tutti frutti –rió la mayor–.

Sunhye se encontraba sentada en una de las sillas que habían en la barra de la cocina, mientras hablaba con su adorable y simpática nana.

La tía YangMi luego de unos 20 minutos, terminó de picar todas las frutas y le sirvió a la castaña, claramente había tardado porque había hecho una porción grande para todos los de la casa.

— Mm, está exquisito –dijo la castaña mientras comía del rico postre–.

— ¿Te gustó? –sonrió la mayor, mientras tomaba las cosas sucias que había usado, para lavarlas–.

— Si, está rico –sonrió de vuelta la castaña–.

La castaña terminó su postre y se dirigió a su habitación, para ponerse pijama. Tomó el pijama, era un short y una polera manga corta, ambas prendas de color rosado y con un diseño de pandas.

Se vió al espejo que tenía en su habitación.

— Mala idea escoger este pijama, se supone que no quiero que vean los moretones.

Todo por una Apuesta | Hwang Hyunjin.Where stories live. Discover now