Todo por una Apuesta | Hwang Hyunjin.

13.

Sunhye comenzó a escuchar la alarma que había programado la noche anterior. Había olvidado por completo que se había quedado en la casa de su amigo pelinegro.

— Apagala –dijo la figura masculina que se encontraba acostada junto a Sunhye–.

Sunhye apagó la alarma, no tenía ganas de levantarse para ir a clases.

— No quiero ir –tomó la almohada y se la puso en la cara–.

Pasaron unos minutos, se estaba quedando dormida nuevamente y sonó la otra alarma que había puesto, en caso de que se quedara dormida.

Se volteó y apagó nuevamente la alarma, suspiró y sintió un brazo rodearla por la cintura.

— Chan sale –intentó quitar la mano del chico–.

Sunhye se giró y quedó muy cerca del rostro del chico, ella pensaba que era su amigo rubio, pero no era así, no era él.

— ¿Hyunjin? –dijo en un tono bajó al girarse y ver el rostro del chico–.

La castaña quedó anonadada al ver al chico castaño acostado a su lado ¿Qué hacía él ahí? ¿No se supone que Chan dormiría con ella?

El castaño no quitó su brazo de la cintura de la chica, aún cuando ella se había girado hacia él.

— Mierda, se hará tarde –dijo la chica castaña, saliendo de sus pensamientos, luego aclararía la situación con su amigo rubio–.

— No.. tengo frío –dijo el castaño mientras seguía con su brazo en la cintura de la chica–.

— Hyunjin, déjame, tengo que ir a vestirme.

Después de varios intentos, se logró librar del castaño. Sunhye se levantó y tomó la ropa que había usado de su amigo pelinegro el día anterior.

Hyunjin, quien se había despertado por completo, observaba lo que hacía la castaña.

La castaña ingresó al baño de la habitación de su amigo pelinegro y se cambió de ropa rápidamente. Salió de dicho lugar y fue por su pequeña mochila en la cual tenía su cepillo de dientes.

— Sunhye –habló el castaño–.

— Dime.

— ¿Te irás sola? –preguntó el chico–.

— Si.

— ¿Quieres que vayamos juntos?

— ¿Vas a ir a la escuela? –preguntó la castaña–.

— Ya perdí el sueño, así que iré a la escuela –rió Hyunjin–. Entonces ¿Qué dices?

— Está bien –sonrió Sunhye–.

La castaña ingresó nuevamente al baño, lavó sus dientes, después cepilló su cabello con el objeto de su amigo pelinegro. Salió del baño y vió a Hyunjin ya vestido, sentado en la cama.

— ¿Estás lista? –preguntó el castaño–.

— Si, tenemos que irnos ya, tengo que pasar a casa a cambiarme ropa y de ahí ir a la escuela –dijo la castaña guardando su cepillo de dientes y tomando la ropa que había usado el día anterior para la escuela–.

— ¿Debes pasar a tu casa? –preguntó el castaño–.

— Si... No es problema ¿Verdad?

— No, tranquila, entonces vamos a tu casa y luego a la escuela.

— Si –rió la chica–. ¿Sabes en donde está durmiendo Changbin?

— En la sala.

— Gracias.