Todo por una Apuesta | Hwang Hyunjin.

19.

Era Jueves, Sunhye no había hablado con Chan, ni con Hyunjin, necesitaba tiempo, al menos eso pensaba ella.

Durante estos dos días, en los recesos y en la hora de almuerzo se sentaba sola en el comedor, no quería ir con sus amigos, porque sería incómodo, su excusa era que no quería estar cerca de Hyunjin, y sus amigos, perfectamente la entendieron, aunque no todo era por Hyunjin, sino que también era por el rubio.

Por otro lado, Chan, la observaba siempre que podía, y seguía sintiéndose tonto al alejarla de él, solo por ese estúpido impulso que tuvo aquel día cuando la fue a dejar a su casa.

Y por el lado de Hyunjin, él solo quería cumplir la apuesta a toda costa, para él era algo fácil, pero no se le hacía fácil si la chica con la que tenía que acostarse, se negaba a hablarle.

Así que el castaño lo primero que se propuso para poder cumplir la apuesta, era terminar con Jiwon.

Tocaron el timbre, el castaño salió de su sala y se dirigió a su casillero, comenzó a guardar sus cosas, lo típico, cuando de pronto apareció la pelirroja.

— Hola amor ¿Cómo estás? –dijo la chica abrazándolo por el cuello–.

— Hola, estoy bien –dijo sacando las manos de la chica de su cuello–. Jiwon, tenemos que hablar.

— ¿Ah sí? –la chica levantó una ceja–. ¿Qué te parece si tú y yo hablamos hoy en la noche, en tu casa?

La pelirroja al decir eso, se acercó al chico, lo besó y él correspondió, pero de inmediato la separó.

— Jiwon basta.

— ¿Qué pasa? Es solo un beso.

Lo besó nuevamente, y él se alejó.

— Jiwon, se acabó.

— ¿Qué? ¿Qué se acabó? –dijo ella, estaba confundida–.

— Lo nuestro, se acabó.

— Es broma ¿Cierto? –dijo la pelirroja sin creerlo–.

— ¿Me ves con cara de que sea broma? –contestó el chico con un tono seco–.

— No puedes terminar conmigo Hyunjin.

— ¿En serio? Lástima, ya lo hice.

El castaño cerró su casillero y pasó por el lado de la pelirroja.

— ¡Hwang Hyunjin! –gritó la pelirroja–.

— Jiwon, piérdete –el chico rió dándole la espalda y continuó su camino–.

Ahora que ya se había librado de la pelirroja, podía ir con la castaña, disculparse y pedirle noviazgo, era simple.

...🙉...

Cinco días habían pasado desde que Sunhye había llorado por primera vez por el castaño.

Era día Lunes y Sunhye se encontraba en su casillero, guardando sus cosas para ir a almorzar con sus amigos al patio de la escuela.

Félix y JaeIn le habían dicho que fuera a almorzar con ellos, que llevaban comida y que estarían todos compartiendo. Durante tres días no había comido junto a ellos y extrañaban que estuviera en el grupo.

La castaña terminó de guardar sus cosas y empezó a caminar hasta donde estarían sus amigos, pero alguien le tapó los ojos.

— Quién seas, suéltame ahora.

La castaña intentaba soltarse, pero el chico tapó con una mano la vista de la muchacha y con la otra, la tomó como pudo, para llevarla a una sala vacía.