Capítulo 15

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JANNETTE

 -¡RICK!- gritó Lily. Segundos después, una cantidad de agua impactó contra las manos del nuevo señor "Antorcha Humana"

-Gr...Gracias- consiguió articular él medio atontado. Volvíamos a estar en completa oscuridad. - Menos mal que te has acordado del cuenco de agua...

Me puse nerviosa.

-Rick, el agua me la había bebido yo antes de que tus manos empezaran a arder...- dije insegura.

La luz volvió a prenderse, iluminando la sala una vez más. Rick miraba sus manos desesperadamente, en busca de alguna quemadura o herida que explicara lo que acababa de ocurrir.

Lily, por su parte, miraba también sus manos, que ahora estaban mojadas, y yo...Yo miré al suelo. Pegué el mayor grito que había dado en toda mi vida.

Mis pies no tocaban el suelo.

Estaba levitando.

Hansel, que nos miraba a todos asustado (a mi especialmente),  empezó a retroceder lentamente y se apoyó en la pared para no perder el equilibrio por la impresión. Desde la zona en la que su mano hacía contacto con la pared, salieron disparadas unas raíces hacia todos lados, creando una extensa red de enredaderas que cubrió el muro por completo. Esta vez gritó él y echó a andar rápidamente alrededor de toda la habitación, como si quisiera olvidar lo que acababa de ocurrir.

Aquello era un completo caos.

Rick andaba alrededor del perímetro de la sala, con dos gigantes lenguas de fuego, que salían a intervalos desde las palmas de sus manos; Lily intentaba controlar los chorros de agua que salían a presión desde sus manos también; Hansel mirando el suelo anonadado mientras cada paso que daba iba cubriendo una pequeña parte del suelo de hierba. Yo corría, pero intentando que mis pies contactaran con el pavimento de una vez por todas, aunque cuanto más lo intentaba, más me elevaba.

Poco después, se materializó una puerta en uno de los muros, que se abrió pronto y nos dejó ver a una mujer, de rostro joven, pero de cabello completamente blanco, que te hacía dudar con respecto a su edad.

Apenas nos inmutamos, la miramos un momento y seguimos a lo nuestro. Ella caminó lentamente hasta el centro de la habitación,  y con un movimiento de mano, hizo desaparecer la mesa de madera. En el lugar en el que el mueble había estado hasta hacía pocos segundos, se colocó ella.

Rick, que estaba sentado en una de las esquinas murmurando palabras incoherentes, quedó completamente inmóvil en el mismo momento en que ella se apuntó con uno de sus dedos. Lily, que todavía intentaba controlar el agua que, a presión, se disparaba de sus manos,  quedó petrificada en el sitio, al igual que Hansel, que a ese paso había cubierto de hierba el suelo, dejó de mover cada uno de sus músculos.

Me quedé lo más quieta que pude, con el techo ya rozándome la el pelo, justo encima de la mujer. No duré mucho, ya que levantó la cabeza y conectó con los míos, sus profundos ojos que tenían ese brillo tan familiar para mí. Fue lo último que vi, antes de caer inconsciente.

Volví a despertar en total oscuridad, pero esta vez me sentía en un lugar cálido y confortable, no frío y desconocido. Tenía la sensación de estar tumbada sobre nubes, pero poco a poco me fui dando cuenta de que era una mullida cama, me fui dando cuenta de que era una mullida cama. Un tenue destello empezó a iluminar la estancia hasta que la luz la inundó casi por completo, quedando en penumbra algunos rincones, pero dejándome observar todos sus detalles. Estaba tumbada en una gigante cama, junto a la que descansaban dos mesitas de noche idénticas a ambos lados. En una esquina de la habitación había una estantería llena de frascos repletos de líquidos de extravagantes colores. Me incorporé lentamente, haciendo que el edredón que me cubría se apartara, dejándome ver que alguien había cambiado mi vestido por un pijama completamente blanco de dos piezas.

Los Guardianes de los Cuatro Elementos ©Where stories live. Discover now