Capítulo 26

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HANSEL

BUM BUM

BUM BUM

BUM BUM

Latido tras latido notaba como la vida volvía a mí una vez más. La sangre corría por mis venas, mi organismo empezaba a funcionar, el cerebro se me descongelaba y las ideas volvían a fluir... Era como si estuviese saliendo de un profundo sueño, de una glaciación eterna.

-¡Hansel!- el corazón me dio un vuelco. Aquella voz, suave y dulce, que me hipnotizaba y me maravillaba. Una voz... desconocida. De repente noté como alguien me abrazaba con fuerza y un dolor agudo se me extendió por el cuerpo.

-Au- murmuré dolorido. Mi cuerpo acababa de despertarse, un poco de delicadeza por favor.

-Lo siento- exclamó la muchacha asustada de haberme hecho daño mientras se apartaba un poco. La observé mientras intentaba incorporarme.

"Oh no, ni se te ocurra" Pareció decir mi cuerpo. Creo que no había sentido tanto dolor en toda mi vida. Era como si se me hubiera congelado el cuerpo una vez más en afiladas estalactitas, que se me clavaban por dentro cada vez que realizaba el más mínimo movimiento. Poco a poco, mi vista comenzó a acostumbrarse a la iluminación de la pequeña habitación en la que estábamos metidos.

Se trataba de una sala con paredes hechas de palos atados entre sí mediante resistentes lianas, una pequeña mesa de madera al igual y un par de sillas de mimbre en las que había dos personas sentadas.

-¿Quién eres?- pregunté confuso mientras observaba a la muchacha de cabello negro azabache y ojos grisáceos. Era una chica hermosa, de pómulos altos y labios rosados, aunque de tez muy pálida, que resaltaba con su pelo oscuro.

De repente, se alejó unos pasos, confusa y asustada. Parecía haber visto un fantasma.

-¡¿Qué?!- preguntó. Parecía... dolida. Se giró hacia otra chica, mayor y... vaya, menudo look.- Lily, ¿qué está pasando?- ella también parecía anonadada.

-¿Hansel?- preguntó acercándose ligeramente hasta el camastro en el que estaba tumbado- ¿Qué te pasa?

-¿Quiénes sois? Y, ¿cómo es que me conocéis?

- No puede ser- reprochó otro chico mientras se levantaba. Lo observé con cautela, era bastante intimidante. Su cabello color café hacía un fuerte contraste con sus ojos de un tono rojizo sobrenatural- Diez meses... ¿Para esto? ¿Para qué no recuerde nada? ¡No puede sr!- gritó frustrado mientras daba vueltas alrededor de la habitación.

¿Qué estaba pasando? ¿Quiénes eran aquellos que al parecer me conocían? ¿Y por qué esperaban que yo les conociera al igual? Eran mayores que yo, la chica vestida de negro y el chico de ojos rojos. La muchacha de cabello negro y voz hechizante no, debería tener un par de años menos.-Yo...- dije confuso. No entendía nada de lo que estaba pasando.

De repente, una mujer de rasgos exóticos y orejas puntiagudas se acercó lentamente, saliendo de las sombras y observándome severamente, con una mirada imponente a pesar de parecer tan frágil como la porcelana.

-Guardián del Bosque, por fin has despertado- dijo con una voz suave y melodiosa mientras sonreía.

-Algo va mal, Marian- reprochó la chica vestida de negro- No recuerda nada- añadió con una voz temblorosa y rota. ¿Por qué parecía importarle tanto a estas personas a mi alrededor?

La mujer, Marian, asintió tranquilamente. A diferencia de los adolescentes, no parecía desesperada.

-Llegamos algo tarde...- dijo- Al parecer el hielo alcanzó al igual el almacenamiento de recuerdos. Veamos...- añadió mientras se acercaba a mí aún más.

Los Guardianes de los Cuatro Elementos ©Where stories live. Discover now