Capítulo 20: El demonio.

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-¡Lo sé!

Una vez que Erick oyó la puerta cerrarse soltó un suspiro y bebió de su té.

De repente su teléfono celular sonó y se sorprendió de ver el número de Lucian en la pantalla, era muy extraño que éste lo llamara más de una vez en la semana.

-¿Hola? -atendió dudoso y por poco se le cae la taza al suelo cuando recibió la trágica noticia -¿Muerta? ¿Cómo puede ser eso posible -asintió tristemente ante la explicación del otro lado de la línea y miró hacia la salida -Sí, podré ir, pero será mejor que no le digamos a nadie, no quiero ser el centro de atención... Gracias por avisarme.

Al colgar bebió lo que restaba de su té y soltó un suspiro ¿Cómo era posible que Victoria esté muerta? Eso era algo casi imposible, la reina de los vampiros siendo abatida era algo que jamás se hubiese planteado.

¿Cómo debía de estar pasando estos momentos el alfa? Porque a pesar de haberse apartado de la manada para seguir su vida lejos del mundo sobrenatural, Erick aún así mantenía un gran respeto por Thomás.

****

Rory movía sus pies lentamente mientras su mirada permanecía baja y su padre, que estaba agachado ante ella la tomaba de las manos con suavidad sin dejar de mirar su dulce rostro.

-¿Entonces ella no volverá? -oír tales palabras le causaba una gran congoja al licántropo pero no era momento de sentirse triste porque debía de ser el pilar que sostenga a una manada y a su familia.

-No lo hará.

Los ojos azules de Rory se llenaron de lágrimas y sin poder evitarlo comenzó a llorar.

-Pero yo quiero a mami -sollozó bajando del columpio y abrazando a su padre por el cuello mientras éste la envolvía entre sus brazos con cariño -No quiero que se vaya.

-Lo sé cariño -le susurró mientras acariciaba su cabellera oscura de bucles medianos -Pero ahora ella está lejos, no podemos traerla.

-No papi, yo quiero estar con ella -le lloró la pequeña de rosadas mejillas -La extraño mucho.

Thomás cerró los ojos y la levantó en brazos para llevarla de vuelta a la casa.

-Yo también bebé.

Ser el líder de una manada, pertenecer a un triángulo de jefes, ayudar a elegir un nuevo líder para los vampiros, proporcionar seguridad al pueblo y ser padre de pronto se veía como el reto más difícil que había tenido hasta entonces.

****

Me senté ante la mesa de nuestra nueva cocina y la mirada fría de mis padres me llegaba hasta el alma haciéndome poner tan nerviosa que causar el mínimo ruido para tomar una rebanada de pan tostado me hacía temblar, y justo cuando le estaba por poner algo de mermelada mi padre habló con tal contundencia que la tostada se me resbaló y cayó contra la mesa.

-Te saliste de casa sin permiso.

-Quería recorrer el barrio -expliqué con voz temblorosa.

-No viniste en toda la noche.

-¿Recorrí tanto que me dormí? -sonreí tímidamente pero al ver como papá frunció aún más el ceño borre dicha sonrisa -Bien, me perdí pero ya estoy bien ¿Lo ven? Nada me pasó.

Extendí los brazos a cada lado como luciendome pero eso no les causó gracia a ninguno de los dos.

-¿Te parece una broma lo que haz hecho?

-Papá...

-Te doy una orden y tú la desacatas como si te mandaras sola ¿Acaso tienes dieciocho años? ¿Ya eres independiente? ¿Vives sola? ¿Te mantienes?

Aiden.Where stories live. Discover now