"No me escondo para sobrevivir, lo hago para proteger a los míos"
Cuando desperté, ya sabía lo que tenía que hacer...
Huir.
No podía dejar que me encontraran. No de nuevo. Y con esa idea en mente, llegué a un lugar desconocido para mi, con el objeti...
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Un silencio sepulcral reina en todo el lugar. Estoy en el bosque, junto a todos los Cambiantes, preparada para luchar. Siento la ira en cada poro de mi piel. La gran necesidad que tengo de ver sangre salpicar y cuerpos muertos en el suelo me parece más importante que respirar.
Aunque bueno... No estoy respirando.
Algo en mí ha cambiado. Ahora soy también una vampira.
Aprieto los puños con fuerza al saber que ya están aquí. Dirijo por un momento la mirada a mis manos y puedo ver que, por la fuerza que he ejercido, me sangran las manos. Aunque tampoco me importa demasiado...
Levanto la vista poco a poco, y mi pesadilla se hace realidad... Al frente los veo a "Ellos", encabezados por mi mayor pesadilla: el Nº 0. Me sonríe con esa sonrisa diabólica que me produce escalofríos...
En seguida siento como todos los míos se tensan de inmediato. Pero nadie va a detenernos, no ahora al menos.
A mis lados puedo ver a Max y a Pierre con la respiración agitada y mirando el mismo lugar que todos los demás de mi especie. Sonrío al notar que tienen tantas ganas como yo de ver rodar las cabezas de esos cabrones.
¿Por qué hacerles esperar?
— ¡Atacad! — Mi voz resuena por todo el bosque, y seguido de este, muchos otros gritos se hacen presentes mientras ambos bandos corremos hacia el frente, dispuestos a matarnos.
Siento la adrenalina en cada poro de mi piel mientras nos vamos acercando cada vez más y más.
— ¡Ahora! — Ante mi instrucción, unos Cambiantes estiran las manos hacia delante, incluidos Max y yo, para lanzar de nuestras manos llamas de fuego que queman vivos a unos cuantos de nuestros enemigos.
Sonrío victoriosa mientras sigo adelante. Algunos de los de mi especie ya han empezado a luchar, pero yo debo adelantarme más y llegar a él, el Nº 0.
Por el camino, logro llevarme a unos cuantos de "Ellos". Ni siquiera me detengo a ver cuál es su número, simplemente me dedico a borrar su existencia del mapa. A mi derecha logro ver a Jace rodeado, por lo que lanzo unos rayos para ayudarle. Él sólo sonríe agradecido y sigue peleando.
Busco con la mirada a mi objetivo. Todavía no logro verle. ¿Se habrá escondido?
Cobarde... Deja que otros hagan el trabajo sucio por él.
Me encargo de desmontar algunos artilugios que planeaban usar en nosotros, e incluso logro utilizar algunos en su contra. Dejaré que prueben de su propia medicina...
Dejo que la ira domine mi cuerpo cuando 5 de los malnacidos intentan enfrentarse a mí. En menos de un parpadeo, ya están quemados, pulverizados o agonizando de dolor en el suelo. Dejo de correr un momento para mirar a mi alrededor.
