~ Capítulo 3 ~

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— ¡Arriba, dormilona! Hoy es tu primer día de clase, Alexia Diamond

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— ¡Arriba, dormilona! Hoy es tu primer día de clase, Alexia Diamond. — Me dice mi tío Dave. Aún no me creo que esté aquí, con él, libre.

— Vale, vale, ya voy. ¡Pero deja de darme con la almohada en la cara! Jesús, que agresivo... — Max para de inmediato de darme con la almohada para reírse a carcajadas. Me fijo en que aún no está vestido, pues sólo lleva el pijama y va descalzo. Miro también mi reloj, aún faltan unos minutos para que suene la alarma. — ¿Aún no te has vestido? Pensaba que los profesores tenían que llegar antes a las clases. — Mi amigo para de reírse para contestarme.

— Claro que no. Llegamos a la misma hora que los alumnos, o al menos la mayoría de los profesores... Antes de nada, debo decirte unas cosas, solo por si acaso. — Me dice. — Lo primero, intenta controlar tus dones, ya sabes, no mates a nadie. — Ruedo los ojos y espero a que siga hablando. — Segundo, no llames la atención, aunque sé que eso es imposible. Y por último, no le digas a nadie la verdad, aún no sabemos en quién confiar. — Max siempre tan mandón. Siempre preocupado por si pasa algo y él no está preparado. — Cuando terminen las clases iremos a entrenar, y... Hablando de eso, como querías ir al bosque, he pensado en ir allí a entrenar. — Me dice y yo asiento. Era justo lo que quería.

— No te preocupes, no te daré problemas... O, por lo menos, no demasiados... — Me levanto de la cama de un salto. — Y ahora fuera. Tenemos que ir a un instituto .

Dave sale de la habitación y cierra la puerta para darme más privacidad, una de las cualidades que más me gusta de él.

— Bien, empecemos. — Me dirijo a la ventana y miro el tiempo. — Hace algo de calor, ¿por qué el tiempo es tan bipolar? — Pregunto a la nada.

Voy a mi baño propio y me ducho, me cambio de ropa, me peino y hago la cama.

— ¡Alexia! ¡Ya tienes el desayuno puesto! — Me grita Miller desde la cocina

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— ¡Alexia! ¡Ya tienes el desayuno puesto! — Me grita Miller desde la cocina.

— ¡Ya voy! — Bajo las escaleras y me encuentro con una imagen digna de recordar. — JAJAJA ¿¡Pero qué te has puesto!? — Max iba vestido como nunca pensé que se vestiría.

OcultaWhere stories live. Discover now