~ Capítulo 30 ~

2.7K 233 7
                                    

Abro los ojos, pero a diferencia de otras veces, esta vez no me levanto sobresaltada

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Abro los ojos, pero a diferencia de otras veces, esta vez no me levanto sobresaltada. Supongo que ya me estoy acostumbrando a ese tipo de sueños extraños...

Miro a mi alrededor, estoy en una habitación que en un principio no me parece familiar. En eso, alguien abre la puerta: Blake Dallas.

— Estoy preocupado.

— ¿Por qué? — Me siento en la cama.

— Últimamente te has desmayado mucho, ¿no? Creo que deberíamos ir a un hospital.

— No es porque esté enferma... Es por mis habilidades.

El vampiro se acerca a mí y me acaricia las manos. Mira detenidamente el anillo que me regaló West y no puedo evitar acordarme del sueño. Un problema más que tengo que resolver... 

Quizás el vampiro me dé las respuestas que quiero.

Me lo pienso unos segundos, pero al final decido que pareceré una loca si pregunto.

Más loca de lo que ya estoy...

— ¿Qué pasa?

— Estaba pensando. Últimamente tengo muchos problemas...

— ¿Yo soy uno?

— El más grande de todos.

Suspiro pesadamente y Blake sonríe. Ambos nos reímos un poco.

— Quédate un poco más.

— ¿Debería? — Miro divertida a Dallas. — ¿No pensarás en secuestrarme, o si?

— No me molestaría hacerlo...

Le doy un pequeño golpe en el hombro y volvemos a reír. La puerta es abierta de golpe por Bruce.

— ¿¡Por fin se fue Isabella!? Ah, hola Alexia.

— ¡Bruce! ¡Toca la puerta antes de entrar!

— Venga ya, hermanito. Ya te he visto desnudo antes...

¿Pero qué... ? No me puedo aguantar la risa y me descojono en sus caras. Bruce también empieza a reír y el vampiro le echa de la habitación. Yo estoy roja riéndome casi sin aire cuando se acerca amenazadoramente hacia mí.

— Deja de reírte.

— Vale, vale, no te enfades gruñón.

— No soy gruñón, Alexia.

— Rudy.

— ¿Qué? — El vampiro me mira sin entender.

— Mi nombre es Rudy Adams.

Nos quedamos unos segundos en silencio, en los que él se dedica a mirarme.

— Rudy... Me gusta. — Me pongo un poco roja. Me gusta cómo pronuncia mi nombre, como si fuera lo más bonito del mundo. — ¿Por qué te haces llamar Alexia Diamond?

OcultaWhere stories live. Discover now