"No me escondo para sobrevivir, lo hago para proteger a los míos"
Cuando desperté, ya sabía lo que tenía que hacer...
Huir.
No podía dejar que me encontraran. No de nuevo. Y con esa idea en mente, llegué a un lugar desconocido para mi, con el objeti...
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— ¿Qué ha pasado? — Al oírme llegar, Max baja corriendo las escaleras.
— No me escapé para hacer manitas con un asqueroso vampiro. — Él se sorprende ante mis palabras. — Será mejor prepararnos, tenemos que estar listos para lo que viene.
Intento pasar a su lado pero él me sujeta el brazo. Cuando ve mi mirada asesina, enseguida me suelta.
— Lo siento... ¿Qué ocurre? ¿Por qué tanta prisa?
— Les hemos subestimado. — Subo las escaleras con mi mano derecha siguiéndome. — Tendríamos que estar entrenando, no haciendo el tonto.
— Pero... ¿Estás bien? — Dave me mira un poco preocupado. Pero no lo entiendo, yo me siento mejor que nunca.
— ¿¡Acaso no lo entiendes!? Estamos entre la espada y la pared, ¿Cómo voy a estar bien sabiendo que nuestra especie se muere? — Se le corta la respiración un momento.
Entro en mi habitación y le cierro la puerta en las narices. Necesito que espabile.
— Vamos al bosque. — Le digo a través de la puerta. — Avisaré a los demás. Tu deberías hacer lo mismo, ¿no crees?
— Sí, jefa... — Suelta en un pequeño susurro apenas audible.
Bendito mi oído sobrenatural.
Enseguida me pongo manos a la obra. Lo primero es lo primero, avisar a todos los Cambiantes de la zona.
Soy Rudy Adams. Una guerra se avecina, necesito a todos aquellos que deseen luchar por nuestra especie. No obligaremos a nadie a combatir, pero quiero que sepáis que, al menos, yo lucharé por nuestra libertad y la de nuestros hermanos. Pues eso es lo que somos, familia, y la familia se protege. Sé que nos han hecho mucho daño, han destrozado nuestras casas, matado a nuestros hijos... Pero prometo que eso no volverá a ocurrir. No mientras yo siga viva. Puedo sentir vuestro dolor, vuestras ganas de venganza. Yo lo he visto, he visto el infierno, pero también he visto una salida, una luz en la oscuridad. Os pido que me sigáis a ella. No puedo prometer que todos salgamos con vida de ésto, pero os juro que lucharé con fervor cuando llegue el momento. Os convoco a todos al corazón del bosque para poder entrenar, y de ésta forma ganar. No habrá juego sucio, ni tampoco charla amistosa. Yo, Rudy Adams, juro acabar con aquellos que tanto daño nos hicieron.
Al terminar, concentro mi mente en una imagen del bosque para que todos sepan el lugar de encuentro.
Dios, nunca había hecho nada parecido a eso. Pude sentir el latido del corazón de todos aquellos que eran como yo. Sentí nuestra conexión, tanto que casi pude... tocarla.
