Es el amor perfecto, salvo por algunos detalles de distancia, de circunstancias y de tiempos.
Pero nada importa...
Nada es tan importante que el amor y la promesa del reencuentro.
-Leaunam💙
31 de julio del 2019
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Una semana había pasado llena de entrenamiento con Kakashi. Destacaba por mis habilidades o eso era lo que decía mi hermano.
-____, ya levántate, se te hará tarde para el entrenamiento- Escuche la voz de Sasuke, mientras él me movía con la intención de que despertara pero yo me negaba a ceder.
-Un rato mas- Conteste con una voz adormilada.
-Vamos, levántate de una vez- Sasuke insistió hasta que termino arrebatándome la sabana de encima.
Al sentir el frío en mi cuerpo por la falta de sabana, volteo a ver a Sasuke con el seño fruncido y el solo me hace una pequeña sonrisa desafiante.
-Devuélvemela- Me levante en protesta para quitarle la sabana y poder volverme a acostar en la cómoda cama un rato mas.
-No- Sasuke hacia movimientos rápidos que me impedían tomar de vuelta la sabana.
-Déjame dormir un poco mas, además, Kakashi siempre llega muy tarde- Le reprochaba al azabache para que se compadeciera de mi, mientras me abrazaba de su cuello y le hacia mi mejor cara de suplica que tenia.
-Eso no importa, el almuerzo ya esta servido- Le hice un puchero y me senté a la mitad de la cama en seña de que no me movería de allí.
-Bien, si así lo quieres- Tomo mi brazo fuertemente sin lastimarme y me estiró hacia él, pegando sus labios con los míos, robándome un beso fugas que me dejo confundida y antes de que me diera cuenta me llevaba como un costal de papas sobre su hombro.
-Bájame, Sasuke- Pataleaba y forcejeaba para que me bajara pero me llevo hasta el comedor y me sentó en la silla. Frente a mi había un plato con unos deliciosos panqueques.
-Come- Fue lo único que dijo para después subir una vez mas por las escaleras y perderse de mi vista.
Ya no podía hacer nada mas así que decidí iniciar el desayuno que me había preparado Sasuke. Estaba realmente delicioso, me lo comí todo, sin dejar un solo bocado.
Voltee a ver el reloj que estaba en la pared y ya habían pasado 30 minutos de la hora acordada con Kakashi, me levante rápidamente de la mesa y corrí a la habitación para alistarme para el entrenamiento.
Abrí la puerta de la habitación y vi a Sasuke recogiendo mi habitación. Me dirigí al closet y saque mi ropa de entrenamiento.
Me quite la ropa sin importarme que estuviera él allí y me puse la ropa limpia y mi equipamiento de armas lo mas rápido que pude.
-Nos vemos después- Le di un pequeño beso en la mejilla a Sasuke y salí de la habitación pero mientras bajaba las escaleras le grite
-Gracias por el desayuno- y salí de casa.
Corrí por la aldea sin parar. Durante mis entrenamientos con Kakashi cuando era pequeña y aun en estos días él siempre llegaba tarde, por lo que no me preocupaba tanto pagarle con la misma moneda.
