29. ¿Vs?

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Scott

Agradezco que no volví a mi mansión anoche, quien diría que la ebriedad de Ryan y la mansión Harrison me salvaría de aguantarme a toda mi familia, y sus preguntas sobre mi futuro y chicas <<Como si me importara esas estupideces >>. Me desagrada totalmente esas cenas de mi mamá, la quiero mucho y puedo soportar esas cenas en ciertas ocasiones, pero ayer no.

No cuando tengo que fingir que todo está bien entre mis papás. Tal vez ellos puedan fingir un matrimonio feliz en frente de miles de personas, pero yo no. Estoy cansado hasta la mierda.

—Creo que los analgésicos te ayudaran a aliviar un poco el dolor, Scott—Rebecca se abre paso para que la ama de llave aparezca, con una bandeja en sus manos y me ofrezca un vaso con agua y varios tipos de analgésicos.

—Muchas gracias, Señora Harrison— tomo el vaso de vidrio, dos analgésicos y lo llevo a mi boca pasándolas por mi garganta—. De nuevo gracias por dejar que nos quedáramos en su mansión, Señora Ha...

—Por Dios, basta de llamarme señora, señora, señora—imita una voz chillona y se ríe. En serio el parecido de Emilia con el de su mamá es muy sorprendente—. Ya les dije que deben llamarme solo Rebecca— emboza una pequeña sonrisa—. No hay nada que agradecer, esta mansión siempre va a estar abierta para ustedes.

—Créame que intenté avisarle a James que estaríamos aquí, pero su teléfono estaba apagado, y no pude tener ninguna comunicación—farfullo.

Rebecca suspira. En estos momentos la mansión Harrison es una odisea, ¿Y cómo no? James está de por medio. Aún no creo que una persona como Rebecca pueda ser la mamá de una persona como James. Simplemente... joder.

—¿De verdad no sabes nada de él?—repite con la esperanza de que le diga algo distinto de lo que ya le he dicho anteriormente.

Sacudo mi cabeza, y Rebecca ahora es la que se lleva un vaso de agua a los labios, mientras mira el hermoso jardín que tenemos en frente. La variedad de flores es mucha, desde rosas, peonías, girasoles, orquídeas y tulipanes.

—¿Hermosas, no?—inquiere Rebecca quien suelta bocadas de aire intentando relajarse por el estrés.

—Lo son— asiento y sigo admirando su jardín.

—¿Alguna favorita en particular?

Miro entre todas las flores distintas que ofrece el gran jardín colorido de Rebecca.

—Los tulipanes— contesto—. Todos sus colores son hermosos.

Rebecca asiente, está un poco sorprendida por mi respuesta.

—¿Sabes algo de flores?

—No mucho... pero me intereso por un momento— confieso.

—Vaya, eres el primer chico que escucho decir eso. Una vez intente a James enseñarle sobre flores, como cuidarlas y lo semejante que puede ser a las mujeres— empieza a contar—. Estaba pequeño, y lo levantaba temprano todos los días para que me ayudara con mis peonías, a regarlas y cortarlas para conseguir su forma—suspira—. Pero la poca paciencia de James, es algo que lo ha acompañado desde pequeño así que en vez de tomarle cariño a las flores... las empezó a odiar sobretodo a las peonías.

No me sorprende que James odie algo, absolutamente nada le agrada <<Pero ella no entra en esa clasificación>>. Nunca había conocido una persona tan quisquillosa como él.

—Así que un día, volví a levantarlo para que me ayudara con las peonías y al llegar al jardín...— Rebecca continúa y se ríe entrecerrado sus ojos—. Conseguí las peonías destrozadas y ahogadas en tanta agua que todo el trabajo de meses se había dañado. James hizo de las suyas y las cortó todas... fue algo espantoso, nunca me enoje tanto y aún así... Jacob lo justificó para salvarlo— finaliza y me mira—. Desde entonces James odia las flores, aún más las peonías.

Juntos Una Vez Más [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora