7. Juguemos

5.9K 259 447
                                    

Les dejo la canción para que la escuchen mientras sucede la escena. Así sienten la emoción❤️

James

Me estaciono en frente de la discoteca que eligieron esta vez. En verdad extrañaba salir cada noche, es lo qué hacía para salir de la podrida rutina.

Salgo del BMW y hago que su techo vuelva a la normalidad. Veo cómo detrás de mi auto está el deportivo de Joseph y el del resto. Esta vez el club es el sur de Miami, a lo que es un estatus social seleccionado.

Hay hijos de empresarios importantes y accionistas, con autos deportivos y marcas conocidas, vienen acompañados de hijas de hombres importantes como también otros que vienen con prostitutas sin tener un espacio libre en el brazo.

Camino hacia la puerta en la cual hay una enorme fila y el hombre de seguridad me detiene unos segundos.

—Déjelo entrar, es James Harrison— escucho esa voz que conozco. Es Joseph.

El rubio aparece a un lado de el de seguridad quien me mira y asiente dejándome entrar. A comparación del otro club que era un lugar de mierda, este destella el lujo, el alcohol, la competencia y la ambición. También la droga.

—Dime que esta vez no tendré que evitar que te partan la cabeza.

—Solo cállate rubio, si no la próxima vez que te golpeen me reiré— me burlo— Ricitos de oro chillando, joder.

—Es mentira— dice seguro— me ayudaras si eso pasa.

—Vaya has estado viendo mucho Disney. Deberías dejar de soñar. No soy el solidario, que juras que soy.

—Eres un hijo de puta— no lo dice por mal si no más con afirmación— En fin así te soporto.

Estoy soportando a ricitos de oro. A menos que me harte, terminare haciéndolo llorar.

El rubio camina conmigo hacia adelante casi llegando a la barra donde hay una parte privada. La música electrónica retumba por todo lados, hay colores neón y la gente baila sin detenerse, he visto hasta chicas gimiendo.

Es la mejor discoteca de la ciudad. Estamos cerca de la cabina del DJ y la pista de colores que conecta con el lujoso bar con modelos internacionales que van a acompañadas de empresarios reconocidos. Una de estas se percata de mi presencia y me guiña uno de sus ojos.

—Hola lindo...— la misma modelo me sonríe.

No estaría mal follar con una modelo internacional, total no es la primera vez.

Joseph se incorpora a mi lado mirando a la mujer tal vez de unos cuatro o cinco años mayor que ambos. El rubio le da su típica sonrisa coqueta mientras la hace sentir halagada y claro que la modelo queda encantada con esos ojos esmeraldas.

—En verdad te ves hermosa— continúa el rubio sonriente.

La modelo se sonroja y deja a un lado al empresario con el que habla.

—Eres todo un coqueto— la mujer de cabello oscuro pasa su mano por el pecho de mi amigo.

—De corazón y no de ocasión— el rubio agita su copa llena de champagne llevándola a sus labios.

Juntos Una Vez Más [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora