EXTRA OPCIONAL

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No es obligatorio leerlo, pero si quieres hacerlo. Te reirás un poco conmigo jiji.

Joseph

No, no, no. ¡No vas a matarme!— sigo moviendo mis dedos tan rápido como puedo en el control del PlayStation.

—Ya estás muerto, imbécil— dice James quien mueve por último sus dedos matándome en el juego.

En la enorme pantalla que abarcar toda la pared de la habitación acondicionada para juegos. Las letras rojas sangrientas recalcan el "Game Over" .

Jugar contigo es como jugar con Emilia. Es pérdida de tiempo, joder— James se levanta del gran puff marrón oscuro de cuero dejando su control en este— Ya sabes lo que tienes hacer.

Suelto un suspiro. Me levanto de mi puff también y dejo el control a un lado mirando a mi mejor amigo.

—Joder no te quejes. Juega con Ryan, es como jugar con un bebé que apenas sabe el oficio— me excuso y tuerzo mi boca— Aun no comprendo cual es el gran misterio de pedir el número del teatro principal de Miami a tu mamá. ¿Te caga de miedo eso?

James me da una mala mirada, de esas que te amenazan con desfigurarte para tener tu disfraz de halloween con la diferencia que es de por vida, joder.

—No quiero que haga tantas preguntas. En cambio a ti te lo dará rápido y deducirá que es para tu jodida loca— explica obvio— ¿Puedes o tengo que golpearte para que lo hagas?

—¿Y le pedirás al chef que haga patatas salteadas con costillas?— inquiero sonriente.

—¿Por que mierda vienes a mi mansión a comer todo el tiempo? ¿Estás en escasez o que putas?

Suelto una risa mirando a mi mejor amigo. En verdad siempre vengo a la mansión Harrison, de hecho Rebecca me trata como a otro hijo y Jacob solo me pide que folle en otro lado. Es parecido a James solo que he visto al hombre sonreír varias veces por su esposa.

—La comida de tu mansión es exquisita. Por algo la come un jodido quisquilloso como tú— lo señalo obvio— Además te hago compañía. Porque bien que te hago falta ¿A que si, idiota?

Lo último lo digo con coquetería bromeando. Ni siquiera se como es que sigo vivo teniéndolo cerca todo el tiempo, carajo da igual.

James pasa por mi lado y toma mi brazo en milésima de segundos, me hace una llave haciendo que mi cara quede en el puff. La fuerza que ejerce no me duela sino que me inmoviliza.

—¡No jodas, era broma!— grito intentado que me escuche— ¡No me partas el brazo, mañana tengo partido de lacrosse, James!

Me suelta de un solo movimiento haciendo que caiga en el puff boca arriba mientras muevo mis brazos haciendo que la movilidad vuelva.

—¿Hoy ejercitaste cuanto? Mierda, casi me sacas el brazo.

—Deja de decir mierdas. Estoy esperando a que te largues a hacer lo que te ordene— Jame me da una sonrisa falsa— O mañana el capitán no le servirán los jodidos brazos.

James es el primero en irse de la habitación personalizada de su mansión de juegos. Me levanto del puff y miro a mi alrededor mirando la lujosa habitación.

Esta tiene desde billar, ping pong, simuladores, bowling, los juegos de la PS y hasta un bar de dulces. Joder ¿Como quiere que no lo visite? Puedo tener cosas iguales pero es mejor acompañarnos. Aunque James al principio maldiga al verme, terminamos practicando lacrosse o soccer o tomando algunos tragos.

Se que también me aprecia. Aunque sea un puto hielo de Alaska como dice mi novia.

Salgo de la habitación y corro por la mansión en busca del jodido demonio. Lo diviso saliendo de la cocina así que lo alcanzo.

Juntos Una Vez Más [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora