9. En pausa

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Christian.

Sigo embistiendo una y otra vez aferrándome a las caderas mientras marco mis dedos dejando marcas y otros morados como he hecho anteriormente en ella.

Dejo caer mi cabeza hacia atrás gimiendo por la sensación de placer. Ella también gime mientras pasó mi mano a su cabello jalándolo con fuerza haciendo que grite.

—Esto es lo que te gusta ¿No? Sufrir y dolor... mucho dolor— digo sin dejar de jalar su cabello azabache.

—Lo sabes bien... me encanta— dice entre gemidos.

Sabrina se aferra de la tela del mueble por la intensidad. Siento como el líquido sale de mi llenando toda la superficie llenando su culo completamente.

—Mierda Christian— se queja entre gemidos— Te dije que no lo hicieras.

—Eres un perra— digo pasando mi manos por mis fluidos y la dejo a milímetros de su boca— Lo quieres... saboréalo. Hazlo.

Sabrina toma mi mano y aun estando en cuatro me mira y pasa su lengua por mi mano saboreando sin dejar de mirarme.

—Eres un maldito... delicioso— limpia toda mi mano con su lengua.

Salgo de ella y acomodo mi pantalón guardando mi miembro dándole la espalda mientras sigo viendo el desastre que es mi puto bar, lo cual me recuerda a la visita de mi corazón hace dos días.

—Me agradaría que si piensas hacer tus ridículas peleas de niña rica. Al menos me cuentes en qué problemas me meterás— volteo a ver cómo Sabrina baja su mini falda— Todo esto es un puta culpa... hay muchos daños por arreglar.

—No me digas que le perdiste sentido a esto de jugar— Sabrina se levanta del mueble caminando hacia mi mientras se ríe— ¿Que? ¿Te dolió ver a tu puta triste? Tenias que verla a punto de un colapso en la cafetería mientras...

Me acerco a Sabrina y la tomo del cuello ejerciendo fuerza mientras se corta un poco de la respiración.

—Ella no es una puta— demandó mirándola a sus ojos oscuros— Mi corazón, no es como tú. Y eso es algo que jamás le llegaras.

Se cuanto Sabrina la odia... lo siento. No la odia, la aborrece. Es más grande.

Sabrina me toma del cuello y ejerce la misma fuerza conmigo haciendo que me corte la respiración también.

—No vuelvas a compararme con esa perra, jamás. Me importa una mierda lo que pienses... pero es una puta.

Ambos nos soltamos al mismo tiempo empujándonos lejos del otro. Ambos tomamos aire y nos miramos entre sí riendo.

—Admite que me quedo increíble. Además de tu detalle... joder— muerde su la jo divertida— Herí lo que más le importa y lo único estable que tiene... lo que es en Green High

Me acerco a Sabrina y la tomo del pelo jalándola hacia mi mientras ella roza su lengua con mis labios delicadamente.

—Lo heriste pero no jodiste— le recuerdo divertido— Por tu culpa todo mi puto bar quedó hecho mierda y trizas. Por ti y la culpa de ese grandísimo hijo de puta...

—James Harrison— dice su nombre soltando un gemido— Ese es mi puta fantasía sexual... la de todas. La de tu puta también, si es que ya no se han follado...

—¡Cierra la maldita boca!— gritó estallando en rabia—¡El no puede follarla ni lo va a hacer! ¡Así que cierra tu boca, perra!

Sabrina me abofetea pero tomo su muñeca haciendo presión lastimándola mientras la pego a la pared que esta junto a lo que parecía ser un bar hace una semana.

Juntos Una Vez Más [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora