—Espero que se arrepienta de todo lo que ha dicho, de verdad que lo deseo. Puede que no vuelva jamás con su hija ya que es evidente que me lo va a prohibir, pero después de mí habrán más. Quizá peores, quizá chicos que no la quieran o la traten como se merece. Si eso llega a pasar, recuerde que mi único delito fue querer un tiempo para pensar y que a pesar de todo a su hija la quiero y la querré como nadie. —explicó evidentemente hablando sobre Bucky. Si Carey se iba con él, como persona inestable que era, creía que Bucky seria mil veces peor novio que él.

Y dejando al millonario con la palabra en la boca, Peter adelantó el paso para alcanzar al abogado y a la chica. Entrarían en breve a la consulta y quería centrarse más en su "hijo" que en cualquier discusión que tuviera con Stark.



La consulta fue breve pero llena de muchísimas emociones. Tony quería gritar y bailar de alegría, aunque no mostraba nada de esos sentimientos, totalmente lo contrario. Consolaba a su hija y la convencía de que nada había sido su culpa. A Peter lo consolaba Lucas, que sentía un sentimiento parecido al de Tony. Efectivamente y como había sospechado el millonario, Carey había "perdido" el bebé hacía semanas, el doctor había advertido en su primera revisión que el embarazo tenía mucho riesgo y lamentablemente pasó lo que el doctor temía.

Al llegar al complejo Tony le contó todo a Steve, que recibía la noticia con muchísimo disgusto. Iban a ser unos días intensos, sobretodo para los realmente afectados que ni si quiera habían hablado entre ellos. Peter, a pesar del consuelo de Lucas, se encontraba cansado y muy presionado, por lo que tomó la decisión de irse de nuevo con su tía una temporada. Ya nada lo ataba al complejo y se había cansado de jugar a los vengadores.

Por otra parte, aquellos que habían sido los responsables de que todos creyeran que Carey estaba embarazada no estaban tan contentos de que se supiera la noticia. Les había salido mal el plan y no estaban para nada contentos.

—Ese doctor es un incompetente. —rugió Joel, dando un manotazo en la mesa.

—Mantengamos las formas. —pidió Mikel.—

—Cállate tú, estúpido. —le ordenó el hombre.— me encargaré de que llegues y te pudras en la cárcel.

Mikel no le hizo caso, solo rodó los ojos.

—¿Por qué el médico les dijo que había perdido al bebé? —preguntó Marie molesta.

—Según él, no podía seguir la mentira. —se volvió a quejar Joel.— he estado yendo al complejo estos días, se nos va la situación de las manos. Van ganando.

Oliver Anderson suspiró con sorpresa y Mikel sonrió instintivamente, feliz de que a su hermano y a Carey les fuera bien.

—Joel, no entiendo por qué se nos va. Tú podrías terminar con todo esto. —opinó Oliver.— si ganásemos el juicio...

—El juicio está fácil de ganar, pero ya les he dicho que no les representaré yo. Búsquense a otro abogado, hay que aprovechar que Lucas no tiene experiencia y además está distraído.

Marie alzó una ceja. Le faltaba información.

—¿Distraído? —preguntó con curiosidad Marie.

—Sí, dejó embarazada a la niña de los vengadores. —informó brevemente, dando a entender que le daba completamente igual.

—Felicidades, abuelo. —dijo riendo Oliver, llevándose un manotazo en la boca por parte de Joel.

—Hazme caso, Anderson, ese niño no nacerá si yo estoy vivo para evitarlo.

—¡Me da exactamente igual el bebé Murphy! —habló de nuevo Marie.— ¿si tú no nos representas, cuál es tu plan? Siento que me ahogo.

Joel tomó su teléfono, y le enseñó este a Marie.

—Tengo un as bajo la manga. —sonrió con suficiencia.

—¿Ah sí? ¿Y cuál es?

—Mejor di quién. —marcó un número de teléfono, indicándole a Mikel y a Oliver que se retirasen. No quería que ellos estuvieran ahí durante la llamada.— he conseguido el número de mi hijo, el mayor.

—¿El abogado de parís? —preguntó con ilusión Marie.— ¡magnífico! Ganaremos a ese Lucas con su propio hermano, brillante.

—No, cállate. No trabajará con nosotros como abogado. Lo convenceré de que se una a su hermano y conspire contra él. No es la primera vez que lo hago. —y tras algunos tonos, una voz sonó desde el otro lado del teléfono.

Allô?

—Jerome, hijo mío. Soy Joel. —dijo, sonriendo maliciosamente.— papá necesita que vengas a Estados Unidos, urgente.

Un pequeño silencio se hizo, silencio que Marie interpretó como algo negativo. Ese tal Jerome seguramente no quería colaborar voluntariamente, pero Joel sabía controlar su mente para que hiciera lo que quisiera.

Je...

—En inglés, no hablo francés. —le interrumpió Joel.

—Quiero decir. —escuchó ahora Marie un atractivo y muy marcado acento francés.— yo... No. No, gracias. No vuelvas a llamar.

—Es tu hermano, Lucas. —intentó atraerle de otra forma.— está muy enfermo.

Con una suave risa al otro lado del teléfono, Joel comenzó a ponerse nervioso.

—Ç'est curieux, hace dos años dijiste que había muerto de... ¿Sobredosis era?

—Mira, Jerome, voy a ser claro. O vienes a Estados Unidos en un plazo de dos días o mataré a tu hermano de la peor y más cruel forma que se me ocurra. Y sabes que soy capaz. Así que te quiero aquí y sin rechistar. ¿Entendido?

—Entendido. —repitió en un susurro.

La Stark Where stories live. Discover now