3° año: nuevo profesor

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El verano estaba transcurriendo con normalidad, Harry incluso podría decir que extrañaba Hogwarts, a sus amigos, y a cierto rubio platinado, el cual últimamente no se podía sacar la de la cabeza.

Hace un par de días habían llegado de las vacaciones, los tres juntos se habían ido a unas playas en las islas griegas, Harry realmente había disfrutado la compañía de sus tíos y de aquellos lugares tan lindos, pensando en si alguna vez su padres tuvieron la oportunidad de visitarlos antes de ser cruelmente asesinados, sin darse cuenta estaba mordiendo su labio con fuerza, habían momentos en los que realmente odiaba su destino y lo que el malnacido de Voldemort le había hecho a sus padres, una oscura parte de su alma deseaba que lo hubieran asesinado de la peor forma, cuanto le gustaría verlo sufrir.

— ¿Qué pasa cachorrito? — Harry dio un respingo al sentir como revolvían sus cabellos — acabo de dejar té helado en la nevera, yo tengo que salir por un momento — explicó Remus mirando en todas direcciones, como si estuviera nervioso — si tu padrino llega, dile que fui al callejón si — y de esa forma hizo una desaparición muy sospechosa.

Harry se quedó sin pestañar, era raro ver a su tío de su forma, sólo esperaba que nada malo estuviera pasando, pues desde hace muchos años que sus tíos no tenían problemas ni grandes peleas y esperaban que siguieran así, había escuchado por algunos de sus compañeros de clases, que los divorcios eran muy dolorosos, y él no sabría a cuál de sus dos tíos elegir, a ambos los quería por igual.

El resto de la tarde se dedicó a ver algo de televisión, hojear algunos libros y tomar té helado, incluso escribió una carta a los Weasley preguntando cuando se veían y a Hermione, de seguro la muchacha le respondía de inmediato, no como Ron y los gemelos que al parecer las plumas les daban alergias durante las vacaciones.

— Harry, ¿y Rems? — preguntó Sirius que había llegado de una forma muy sigilosa, se estaba quitando la capa y soltando los cabellos que llevaba en un pulcro recogido, bastante elegante, quizás a eso era lo que se refería su tío Remus cuando hablaba que a veces era todo un Black, no como cuando se sacudía el agua como perro.

— Salió, dijo que iba al callejón Diagon — respondió Harry restándole importancia, no tenía porque mencionar que su tío se veía nervioso.

— Ok — respondió Sirius sin más mientras iba por una refrescaste cerveza.

Un par de horas más tarde Remus hizo aparición, se veía radiante sus ojos brillaban y en su cara tenía una gran sonrisa, haciendo que tanto su esposo como su sobrino lo miraran con curiosidad, incluso el hombre había llegado con una bolsa con elegantes bocadillos de chocolate, algo que frecuentemente compraba para celebrar o para las fechas especiales.

— Sirius, Harry, seré profesor en Hogwarts — soltó rápidamente mientras en su cara su sonrisa se ensanchaba aún más — seré el nuevo profesor de defensa contra las artes oscuras.

— Genial tío, serás un gran profesor ­— Harry fue el primero en felicitarlo, mientras lo rodeaba con sus brazos, estaba genuinamente feliz con la noticia, sabía que enseñar era uno de los grandes sueños de Remus, además, él era el mago más genial que conocía.

— ¿Aceptaste? No pensaste en hablarlo con tu esposo primero — escupió Sirius molesto, haciendo que tanto Harry como Remus lo miraran sin comprender que estaba pasando.

— Padrino — intentó llamar Harry, mientras bajaba la voz — estás siendo un idiota — Sirius solo le dio una gélida mirada.

— Harry, por favor — Remus le tocó con cariño el hombro — puedes ir a tu habitación, puedes llevarte algunos bocadillos, subiré en algunos minutos — el azabache sólo asistió con la cabeza, y tomando la primera bolsa que vio, subió corriendo a su habitación, aunque no puedo evitar dejar la puerta entreabierta para escuchar, aunque sabía que era de muy mala educación.

Como si fuera nuestro hijo (Wolfstar y Drarry) Where stories live. Discover now