Arriesgarse

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Ya habían regresado de las vacaciones en Tresco, aún ambos hombres se sonrojaban al recordar lo que había pasado la noche previa al cumpleaños de Harry, si bien, no se habían repetido los gestos tan apasionados, entre ellos habían recuperado cierta complicidad.

Se dedicaban miradas de amor, sus manos tendían a entrelazarse y más de alguna mañana despertaron sumamente abrazados.

Lupin estaba trabajando durante todo el día, ya que todos los alumnos de Hogwarts estaban buscando sus materiales para un nuevo año de clases, realmente le divertía guiar a los pequeños inexpertos, ansiosos de aprendizaje. Aunque, a la vez le atormentaba que nunca podría cumplir su sueño de ser profesor, sin embargo, sabía que él tendría que ser el tutor de Harry, pues el chucho de su exnovio, sólo le enseñaría sobre Quidditch, y mujeres o hombres, según la preferencia del chico.

Por las tardes llegaba agotado, el estar la mayor parte del día de pie le cansaba profundamente. Pero gracias a Merlín al llegar a su casa siempre le esperaba una taza de té humeante y algún bocadillo con chocolate, pequeños consentimientos de Sirius Black.

Lupin se encontraba moviendo sus hombres y tocándose el cuello con cara de desagrado, al acercase la luna llena su cuerpo comenzaba a fatigarse mucho más rápido, razón por la cual el extenuante día de trabajo lo tenía con un horrible dolor de espalda.

Dio un respingo a sentir como unas fuertes manos ya conocidas se posaron sobre sus hombros y comenzaron a hacer exquisitos masajes, realmente Sirius no había perdido el toque, sus manos seguían siendo mágicas.

Se dejó consentir, entregándose a aquella gloriosa experiencia, estaba seguro que se le había escapado uno que otro gemido de placer, pues el animago había soltado una leve risita.

Harry por su parte se encontraba jugando en el suelo con sus autitos de juguete muggles, cortesía de Remus. De vez en cuando se giraba hacía sus tíos para dedicarles caras divertidas.

En medio del esplendoroso masaje, Sirius apretó con demasiada fuerza, provocando que Remus gritara ante la inesperada maniobra, pero lo que nadie se esperaba fue la reacción del pequeño Potter.

El niño ya sabía caminar de forma muy coordinada, dando un pequeño trote hasta las piernas de Sirius y levantando sus manitos para dar golpes furiosos.

­- Animal, no pegue a mi Lemus - Remus salto emocionado, tomando a Harry entre sus brazos, dándole besos y mimos.

- Tranquilo Harry, Sirius no me hizo daño, fue un accidente. Discúlpate con Sirius – le explicaba Remus de forma calmada, mientras lo sentaba otra vez en el sueño y le revolvía sus cabellos rebeldes. Sirius estaba incrédulo, su ahijado simplemente lo había cambiado, aunque no le culpaba, todo el mundo debiese escoger al maravilloso de Remus Lupin.

Luego el hombre lobo se le acerco con una sonrisa ladina y le tomo un par de risos para revolverlos con dulzura, mirándolo fijamente a los ojos.

- Ya sabes Black, ahora tengo un hombre que me defienda de bestias como tú – le susurró al oído para luego darle un beso en la comisura de los labios, yéndose a la cocina mientras tarareaba una alegre canción.

- Perdo Sirus – le dijo Harry con una alegre sonrisa, volviéndose a jugar con sus cochecitos.

- Tranquilo campeón, siempre debes defenderlo – le revolvió los cabellos, dejándoselos aún más revueltos – incluso de mi – esto lo susurro tan bajito, que el niño no le escucho.

Luego se fue a la cocina, no dejaría que Remus cocinara esa tarde, sabía que la luna estaba próxima y el semblante de Remus lo delataba como siempre. Además, el siempre sabría cuando era luna llena, era una vieja costumbre arraigada en su alma.

Como si fuera nuestro hijo (Wolfstar y Drarry) حيث تعيش القصص. اكتشف الآن